Actividades Que Realizan Los Padres De Familia En La Escuela?

Actividades Que Realizan Los Padres De Familia En La Escuela
La participación parental se refiere al involucramiento de los padres en una o varias actividades relacionadas con la escuela, por ejemplo, asistir a las juntas de padres de familia, participar de manera voluntaria en la mejoramiento de la escuela, ayudar a los hijos con la tarea y animar los logros de los hijos, por

¿Qué actividades se realizan con los padres de familia?

Se pueden emplear herramientas como: dinámicas, cuentos, canciones, vídeos, testimonios, lecturas, preguntas, etc. estrategias de: trabajos grupales, discusión de lecturas, preguntas dirigidas, juego de roles, dramatizaciones, entre otros.

¿Qué actividades deben ser compartida por los educadores y padres de familia?

REVISIONES Estrategias para promover la participación de los padres en la educación de sus hijos: el potencial de la visita domiciliaria * Strategies to promote the participation of parents in the education of their children: the potential of home visit Estratégias para promover a participação dos pais na educação das crianças deles/delas: o potencial da visita domiciliária Alicia Razeto Pavez Escuela de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales, Pontificia Universidad Católica de Chile Telf.: (56)223544666.

Correo electrónico: [email protected] * Este artículo es un producto de la investigación FONDECYT Iniciación año 2014 N° 11140679 titulada «La visita domiciliaria como estrategia de intervención social para aumentar la participación de los padres en la educación de sus hijos en escuelas básicas municipales».

RESUMEN En este artículo se postula la necesidad de pensar en nuevas estrategias para promover la participación de los padres en la educación de sus hijos. En este ámbito, se plantea la necesidad de mirar los aportes de otras disciplinas bajo el entendido que desde la propia escuela las prácticas de vinculación familia-escuela parecen estar actualmente agotadas.

  1. Con este propósito, se analizan los aportes del School Social Work como especialidad del Trabajo Social que tiene por objetivo ayudar al aprendizaje del estudiante desde un enfoque amplio que considera las familias como un actor estratégico.
  2. Dentro de las posibles nuevas estrategias, se destaca el aporte que tiene la técnica de visita domiciliaria para incentivar la participación de los padres en la educación de sus hijos y la vinculación con la escuela.

Palabras clave: participación de padres en educación, relación familia-escuela, trabajo social en escuelas, visita domiciliaria. ABSTRACT This paper proposes the need to think about new strategies to promote the participation of parents in the education of their children.

In here, also, appears the need to look at the contributions of other disciplines understanding that, at school, the practices of bonding between family and school seem to be, nowadays, exhausted. With this intention, the contributions of the School Social Work are analyzed as a specialization of the Social Work Degree that has as aim helping the learning process of students from a wide approach where families are considered as a strategic actor.

Among the possible new strategies, the contribution of the home visit technique is highlighted as stimulates the participation of parents in the education of their children and the bonding with school. Key words: participation of parents in education, family-school bonding, school social work, home visit.

1. INTRODUCCIÓN La importancia que tiene la familia en el éxito académico de un estudiante ha sido comprobada por diversos estudios y se convierte hoy en un hecho irrefutable (Coleman, 1966; Gil, 2009; Rivera y Milicic, 2006; UNESCO, 2004; Vera, González y Hernández, 2014). Por lo mismo, la participación que tienen los padres en la escuela adquiere un papel fundamental para potenciar las capacidades de los niños y jóvenes e incidir en su éxito académico (Baquedano-López, Alexander y Hernández, 2013; Boberiene, 2013; Dikkers, 2013; Garcia-Reid, Peterson y Reid, 2013).

Según Boberiene (2013) el compromiso de los padres mejora las dinámicas dentro del aula, ya que incrementa las expectativas de los profesores, mejora la relación profesor-alumno y contribuye a una mayor competencia cultural de los estudiantes. Así también lo confirma un estudio realizado en Estados Unidos con familias de bajos ingresos, que concluye que el involucramiento de la familia en la escuela está asociado a una mejor relación del estudiante con su profesor, lo que influye en un mejor sentido de competencia del alumno en lenguaje y matemática y en el desarrollo de una mejor actitud hacia la escuela (Dearing et al., 2006).

Tal como lo señala la UNESCO (2004), los primeros educadores de los niños son los padres y madres y por lo tanto, el espacio de aprendizaje por excelencia es el hogar, seguido del barrio, comuna y ciudad. La escuela viene a «continuar y fortalecer con su conocimiento especializado lo que la familia ha iniciado y continúa realizando» (UNESCO, 2004: 23).

Si el capital sociocultural de las familias es marcador para el futuro de los niños, entonces sería conveniente enfatizar la intervención sobre las familias y no solo intensificar la acción compensadora de la escuela para salvar las carencias de partida de los estudiantes que vienen de contextos socialmente desfavorecidos (Gil, 2009).

  • La intervención sobre las familias puede hacerse desde las escuelas, en el sentido de fomentar la participación de los padres y madres en el proceso educativo.
  • Sin embargo, es también un tema de políticas públicas, tal como lo señalan Dearing et al.
  • 2006), quienes postulan que debería ser un objetivo central de las políticas y prácticas para disminuir la distancia entre los niños de bajos y altos ingresos.

En este artículo, el capital sociocultural no solo se entiende como la cantidad de años de escolaridad alcanzados por los padres, sino que también incluye la capacidad que estos tienen de desplegar esfuerzos y acciones concretos para apoyar la educación de sus hijos.

Este es un aspecto de suma importancia en contextos socialmente vulnerables, en los cuales los padres presentan un menor nivel educacional. El enfoque de este artículo, que asume la perspectiva de las fuerzas (Saleebey, 2000), es que un bajo nivel educacional de los padres no necesariamente impide el desarrollo de habilidades para apoyar el proceso educativo de sus hijos.

Eso sí, para eso se requiere que exista una vinculación entre las familias y la escuela. Por lo mismo, es necesario que las escuelas busquen nuevas formas de abordaje y trabajo interdisciplinario que permitan convertir a los padres en agentes de cambio y de apoyo para la escuela (Martiniello, 1999), facilitándoles información y brindándoles recomendaciones (Gil, 2009).

  • Son las escuelas las responsables de este desafío debido a que la participación de los padres está influida por las expectativas que de ellos tienen los profesores y los directivos (Baquedano-Lopez et al., 2013).
  • La complejidad del fenómeno amerita una mirada interdisciplinaria, sobre todo si se considera que la escuela se ha caracterizado por desconocer el papel protagónico de la familia en el desarrollo integral de los niños (Rivera y Milicic, 2006).

Los educadores tienden a tratar a las familias como personas presentes y no como aliados (Boberiene, 2013) y las iniciativas de participación están a menudo desconectadas de los programas de instrucción. Este artículo se sirve de los aportes del School Social Work 1, especialidad del Trabajo Social que tiene una larga y productiva tradición en Estados Unidos desde inicios del siglo XX.

El artículo tiene por propósito reflexionar acerca del potencial que presenta una técnica específica como parte de una estrategia de promoción de la participación de los padres en la educación de los hijos para favorecer su éxito académico. La primera sección consiste en un análisis acerca de los beneficios y formas de participación de los padres para propender a una vinculación entre familia y escuela.

La segunda consiste en presentar los aportes que el School Social Work puede realizar en una escuela. La tercera sección reflexiona acerca de las potencialidades que puede tener la visita domiciliaria en las escuelas.2. PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES EN LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS: CONSTRUYENDO NUEVAS ESTRATEGIAS La educación es un proceso que acompaña toda la vida, es «un proceso de aprendizaje permanente, que abarca las distintas etapas de la vida de las personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico, mediante la transmisión y el cultivo de valores, conocimientos y destrezas» (Ley General de Educación n° 20.370).

  • Por su creciente complejidad, la educación así entendida no puede ser solo responsabilidad de la escuela 2, también es responsabilidad de las familias, desarrollándose entonces en un escenario ampliado (Bolívar, 2006; Epstein, 1986; Romagnoli y Gallardo, 2008).
  • La buena relación entre familia y escuela fue encontrada como una de las quince características de las escuelas efectivas, en un estudio encargado por la UNICEF y realizado el año 2004 en Chile.

De allí que desde hace algunos años se hable de la necesidad de generar una alianza estratégica entre ambos actores educativos, como clave para una pedagogía efectiva y para lograr una mejor calidad de la educación que reciben los niños y jóvenes (Alcalay, Milicic y Torretti 2005; MINEDUC, 2002; UNICEF, 2004, 2007).

Esta alianza requiere de coordinación, colaboración y complementariedad entre las instituciones para cumplir las metas comunes, especialmente entre padres y profesores por el protagonismo que tienen en el modelamiento de los aprendizajes. Esta coordinación es una tarea compleja y se ha dado de distinta manera a lo largo de la historia.

Por ejemplo, en la Antigua Grecia, la primera educación se realizaba en casa y estaba encargada a un criado que convivía con el niño y a quien se le llamaba pedagogo. Él estaba encargado de enseñarle valores de la comunidad y habilidades sociales. Como derecho reservado solo a las clases más acomodadas, más adelante el niño ingresaba a la escuela, donde bajo la tutela del maestro, aprendía matemáticas, historia y escritura.

  1. Pero continuaba siendo guiado por el pedagogo, quien era más relevante que el maestro de la escuela (Delval, 2000).
  2. Transcurridos varios siglos, en la sociedad actual hay una sedimentada tradición de desvinculación entre familia y escuela (Romagnoli y Gallardo, 2008), puesto que se ha tendido a atribuir la responsabilidad al sistema formal de enseñanza: la escuela.

A pesar de ello, es preciso reconocer que la familia tiene una responsabilidad y capacidad única para educar a los niños. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) la familia es el núcleo fundamental de la sociedad. También es la primera fuente de socialización en lo que refiere a normas, valores, autocontrol, responsabilidad, desarrollo social, equilibrio emocional y autonomía, siendo un vehículo mediador entre el niño y su entorno (Bolívar, 2006; Romagnoli y Gallardo, 2008).

  • La familia es la primera escuela de virtudes sociales que todas las sociedades necesitan (Juan Pablo II, 1981), siendo una de sus principales funciones la humanizadora, como transmisora de cultura y forjadora de identidad personal (Aylwin y Solar, 2002).
  • Pese a esto, es preciso reconocer que en la práctica muchas familias, especialmente las más vulnerables, tienen dificultades en asumir el rol formador y socializador que de ellas se espera.

Estas dificultades obedecen a diversas causas: las exigencias del mundo actual, los estresores que enfrenta producto de su propia vulnerabilidad, las dificultades de los padres para ejercer sus roles parentales, entre otros. Estudios nacionales indican que la familia tendría una influencia de entre un 40% a un 60% de los logros escolares (Brunner y Elacqua, 2003).

A nivel internacional, hay varios estudios que abordan la estrecha relación que existe entre la participación de las familias y los positivos resultados educativos en los niños y en su comportamiento (Alvarez, Aguirre y Vaca, 2010; Epstein y Van Voorhis, 2001; Fan y Chen, 2001; Grolnick y Slowiaczek, 1994; Henderson y Mapp, 2002; Hill y Craft, 2003; Hoover-Dempsey et al., 2006; Romagnoli y Gallardo, 2008).

A diferencia de lo que comúnmente pudiera pensarse, los beneficios de la participación de las familias en las escuelas no son solo para los estudiantes, sino que también para las familias y las escuelas. En lo concreto, los beneficios de la alianza familia y escuela se pueden sintetizar en (Epstein, 1992): 1) Estudiantes: incremento de la motivación, logros y éxitos en la escuela.

Los estudios realizados en diversos ambientes familiares señalan que los niños tienen ventajas cuando sus padres apoyan y se involucran en la educación de sus hijos a través de las actividades de la escuela (Epstein, 1992). Estas ventajas se resumen en logros académicos, asistencia, adaptabilidad social y conducta en aula (Romagnoli y Gallardo, 2008).2) Familias: los padres aumentan el conocimiento acerca del desarrollo del niño, aumentan sus habilidades parentales y la calidad de sus interacciones.3) Escuelas: la participación de los padres ayuda a los administradores de escuela y profesores a conducir un programa de escuela más efectiva, que conduzca a estudiantes más exitosos.

Contribuiría a una enseñanza más efectiva y a un mejor clima de trabajo. Considerando estos beneficios citados en la literatura, queda en evidencia la importancia de que las escuelas y sus profesionales desarrollen estrategias de intervención que permitan acercar a las familias de manera tal que los padres y madres adquieran mayor responsabilidad, preocupación y competencia para la educación de sus hijos en el espacio del hogar, colaborando con el trabajo que hace día a día la escuela.

  • Si bien los beneficios de la participación de las familias han sido bastante estudiados, mucho menos lo han sido las formas y estrategias para incrementar la participación, es decir, las prácticas efectivas para aumentar el involucramiento de los padres en la educación de los hijos.
  • Hoover-Dempsey et al.

(2006) sugiere poner en marcha estrategias para fortalecer las capacidades de los padres y de las escuelas para una efectiva participación. Ellas se basan en una fluida comunicación entre los miembros de la escuela y los padres. Estas estrategias, comenta Hoover-Dempsey et al.

  • 2006), deben llevarse a cabo a través de formas que alteren los patrones de relaciones ya instaurados en las escuelas y desvalorizados por las partes.
  • En el ámbito de las estrategias, hay que considerar dos características que propone Epstein (1992), quien señala que las estrategias deben ser: i) Iniciales: Las prácticas de involucramiento de las familias en la educación debieran partir y enfatizarse en el nivel preescolar y básico (Epstein, 1992) pues en los años tempranos las familias y escuelas aprenden a respetarse y apoyarse mutuamente en las responsabilidades compartidas con la educación de los niños: «la calidad de las alianzas tempranas permiten establecer modelos y relaciones que pueden alentar o desalentar a los padres a continuar comunicándose con los profesores de sus niños en años posteriores» (Epstein, 1992: 10).

En esta etapa temprana, el principal propósito de la conexión entre escuela y familia es establecer y fortalecer el desarrollo cognitivo, personal y social de los niños y prepararlos para el aprendizaje. ii) Diferenciadas: de acuerdo a las distintas necesidades de las familias.

  • Hay que tener en cuenta que los estudiantes tienen distintos años y niveles de madurez.
  • Las familias pasan por distintos ciclos de vida y presentan distintas situaciones socioeconómicas.
  • Los educadores, por su parte, se desempeñan en colegios con distinto contexto y ejercen su labor en diversos niveles.

También hay que tomar en cuenta que los grupos de padres de mayor nivel socioeconómico mantienen una relación más directa con la escuela, por su preocupación acerca de los logros académicos (Winter y Easton, 1983). Teniendo en cuenta que las estrategias deben ser iniciales y diferenciadas, Epstein (1992) propone algunas prácticas posibles de participación de las familias que contribuyen al aprendizaje de los niños (Epstein, 1992: 11-12): i) Familia: construir condiciones en el hogar que favorezcan el aprendizaje de los niños y su comportamiento en la escuela.

  1. La escuela puede ayudar a las familias a desarrollar conocimiento y habilidades para entender a los niños en cada nivel a través de workshop en la escuela o en otros lugares y en otras modalidades como capacitación, entrega de información, etc.
  2. Ii) Escuelas: comunicar a las familias los avances de los niños y los programas de las escuelas.

Esto se puede hacer a través de llamadas telefónicas, visitas, reportes, conferencias con los padres, etc. Otras posibles formas de participación son: iii) Participación en la escuela: los padres y otros voluntarios pueden ayudar a los profesores, administradores o niños en clases o en otras áreas.

Iv) Participación en actividades de aprendizaje en el hogar: los profesores pueden pedirle y guiar a los padres para monitorear y apoyar las actividades de aprendizaje de los niños en el hogar. v) Participación en la toma de decisiones: las escuelas pueden apoyar a los padres a ser líderes a través de la capacitación en la toma de decisiones y en cómo comunicarse con otros padres que representan.

Estas formas de participación distan bastante de las actividades que se realizan actualmente más a menudo en las escuelas: reunión de apoderados y entrevistas en la escuela. Estas son actividades que se realizan en el espacio escolar para instalar nuevas conversaciones en torno a la experiencia escolar de los estudiantes.

No obstante, pareciera haber un cierto agotamiento de estas instancias, las que no se aprovechan del todo, debido a que no siempre tienen buenas tasas de asistencia por parte de los padres, por la dificultad de conciliar las responsabilidades laborales con las familias, a causa de las extensas jornadas laborales (Gubbins, 2012).

Es así como: En la práctica, lo que se ve es que los encuentros entre docentes y apoderados se reducen a la realización de reuniones de apoderados de carácter informativas y orientadas a solicitar aportes monetarios, útiles, textos escolares, uniformes y «quejas» respecto del comportamiento o rendimiento del estudiante (.) La comunicación entre apoderados y docentes tiende a ser así unidireccional y centrada mucho más en las necesidades prácticas de la escuela que en la deliberación conjunta de los asuntos propios del quehacer formativo y educativo de los estudiantes (Gubbins, 2012: 70).

Los docentes también expresan dificultades, porque si bien valoran la participación de los padres, también indican que enfrentan dificultades por la sobrecarga horaria, las exigencias administrativas y la falta de competencia para trabajar con adultos (Gubbins, 2012). Otros obstáculos para la alianza son de orden más estructural, donde el sistema chileno realza más el rol de la familia como un consumidor de un servicio y no como co-responsable de la socialización de la infancia (Gubbins, 2012).

Sumado a esto, otros obstáculos para la alianza efectiva son (Romagnoli y Gallardo, 2008): i) Desvalorización de la cultura de origen de los alumnos; ii) Una relación caracterizada por el desconocimiento mutuo, la desconfianza, incomunicación, el desencuentro; iii) Débiles canales de comunicaciones.

La complejidad del escenario que representan estos obstáculos, sumada a la sugerencia de Hoover-Dempsey et al. (2006) de que las estrategias de incremento de la participación de los padres deben llevarse a cabo de manera tal que rompan con lo ya establecido, vuelven fundamental la necesidad de dirigir la atención hacia otras disciplinas que pueden realizar un aporte en la materia.

En lo particular, en el descubrimiento de nuevas y más efectivas estrategias.3. APORTES DEL SCHOOL SOCIAL WORK PARA ESTRATEGIAS DE INCREMENTO DE LA PARTICIPACIÓN DE PADRES EN LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS Como se mencionó con anterioridad, si ni la escuela ni sus educadores han logrado concebir a la familia como un aliado, entonces es evidente que existe la necesidad de contar con el aporte de otras disciplinas y profesiones que ayuden a mejorar las prácticas y estrategias de vinculación.

  • En este ámbito, el School Social Work se destaca como una especialidad del Trabajo Social que ha aportado largamente 3, en contexto norteamericano, a la coordinación de las esferas familias y comunitaria con la escuela.
  • Los aportes y potencialidades del School Social Work quedan de manifiesto a partir de un estudio de meta-análisis de 21 publicaciones de estudios norteamericanos sobre la efectividad de las prácticas del trabajo social escolar entre 1980 y 2007 (Franklin, Kim y Tripodi, 2009) que arrojó resultados que «iluminan el impacto positivo que los trabajadores sociales de escuelas pueden tener en los resultados académicos, conductuales, mentales y emocionales de los estudiantes» (Franklin et al., 2009: 8).

La revisión de las potencialidades de esta especialidad pasa por reconocer los enfoques utilizados en el ejercicio profesional. Existen dos perspectivas complementarias que suelen ser usadas por los trabajadores sociales de escuelas (Lee, 2012) y que son de especial valor para la propuesta que contiene este artículo.

Uno de ellos es el modelo ecológico de Bronfenbrenner (1976), en base al cual el profesional enfatiza en la calidad de las interacciones y transacciones entre individuos y grupos en la escuela y entre escuela y otros significativos de la comunidad (Winter & Easton, 1983). Desde este enfoque las dificultades de los estudiantes no solo provienen de los estudiantes mismos y sus familias, sino que también de las condiciones de las escuelas, familias y de la comunidad que afecta el logro de las metas educativas.

Así como el enfoque ecológico de Bronfenbrenner es utilizado por los trabajadores sociales de escuelas, la perspectiva de las fuerzas (Saleebey, 2000) es también útil en estos contextos. Esta consiste en promover el empoderamiento a través de la reducción de los factores de riesgo y fortalecimiento de los factores protectores de las personas y su ambiente.

Esta perspectiva le da prioridad a la prevención y a la intervención temprana (Lee, 2012). La centralidad que asume la familia no quiere decir que el trabajador social se excluye de la misión central de la escuela en torno al aprendizaje y éxito académico de los estudiantes. Desde el School Social Work el éxito académico no se concibe solo como el aprendizaje de los contenidos curriculares mínimos exigidos, sino que la labor educativa de los trabajadores sociales y educadores estaría al alero del enfoque de ciudadanía reflexiva, a través del cual se ayuda a los niños a que gradualmente asuman responsabilidades con otras personas (Levine, 1957).

¿Qué significa este enfoque? – Que el niño y joven puedan entender el mundo en el que vive. – Que puedan apreciar sus capacidades intelectuales, emocionales, sociales y físicas. – Que puedan llegar a ser personas motivadas, compartiendo con otros su experiencia educacional.

  • ¿Qué papel asumen los padres bajo esta mirada? Según Levine (1957) un rol estratégico como miembros del equipo de la escuela para lograr que asuman las responsabilidades.
  • A la vez, un rol clave para ayudar a prevenir los problemas de los estudiantes.
  • El rol clave que juegan en la prevención se fundamenta en dos razones: – Los padres pueden ser alertados de la necesidad y posibilidad de prevenir problemas.
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– La efectividad de su rol está en contribuir a prevenir los problemas, ya que los padres responden mejor cuando no se sienten amenazados como parte del problema, debido que están directamente involucrados. Bajo una perspectiva ecológica, se comprende que la relación con la familia es una estrategia para lograr que el estudiante se adapte adecuadamente a la escuela y sea exitoso en términos de su proceso de aprendizaje.

  • Según Openshaw (2008), el trabajo social escolar tiene como propósito permitir que el estudiante funcione y aprenda en el contexto escolar, es decir, mejorar la vida de los estudiantes en términos de su éxito académico.
  • El trabajador social de escuelas está orientado a ayudar a los estudiantes a su aprendizaje y a adaptarse satisfactoriamente a la escuela, coordinando e influenciando los esfuerzos de la escuela, la familia y la comunidad para ayudar a lograr la meta (Franklin et al., 2009).

El Council Americano para el School Social Work (2015) describe la acción de los profesionales como aquellos que basan su acción en un enfoque ecológico y que tienen como finalidad asegurar el éxito de los estudiantes. Los trabajadores sociales apoyan a los niños y sus familias, a través de la examinación de aquellos factores del hogar, escuela o comunidad que están impactando en el éxito educacional del estudiante y los apoyan en la reducción de aquellas barreras para el aprendizaje.

El Council establece un conjunto de posibles, aunque no únicas, barreras sobre las cuales actúan los trabajadores sociales, como embarazo, alcohol y otro consumo de drogas, suicidio, abuso infantil y negligencia, seguridad de la escuela, violencia, necesidades de familia básicas, factores económicos, dificultades conductuales, competencias sociales, divorcio, necesidades de educación especiales, entre otros.

Pese a que la relación familia-escuela debe ser trabajada como desafío de escuela, es preciso designar un rol de coordinador a cargo de la tarea de relación escuela y familia, para responsabilizarlo y hacer más duradera la colaboración entre los padres y la escuela.

  1. Los trabajadores sociales, en este sentido, por sus conocimientos, capacitación y habilidades pueden ser competentes para estas tareas, que incluirán la planificación e implementación de actividades y garantías de comunicación entre la escuela y la familia (Glasgow y Eaton, 1983).
  2. Sin embargo, el trabajo interdisciplinario entre profesores, trabajadores sociales y otros miembros profesionales es fundamental para lograr este cometido.

En este sentido, es necesario asumir que las siguientes tareas, si bien pueden ser lideradas por el trabajador social, deben ser concebidas como tarea de toda la comunidad escolar. Entre ellas están (Dupper, 2002): – Abogar por los estudiantes y familias en riesgo.

– Empoderar a las familias para que compartan sus preocupaciones con los directivos de las escuelas. – Mantener una buena comunicación entre la casa y la escuela. – Ayudar a las familias a comprender las necesidades educativas de sus niños. – Trabajar con la comunidad entera para identificar y desarrollar recursos para atender mejor a estudiantes y familias con necesidades especiales.

¿Cuáles son las técnicas que pueden utilizarse para estas tareas? El School Social Work establece una amplia gama de técnicas para efectuarlas. Sin embargo, hay una de ellas que presenta un potencial particular para incentivar la participación de los padres en la educación de sus hijos en escuelas que presentan un contexto socialmente vulnerable.4.

VISITA DOMICILIARIA COMO UNA TÉCNICA CON POTENCIAL PARA PROMOVER LA PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES EN LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS Si bien la visita domiciliaria es una de las técnicas históricamente más utilizadas por el Trabajo Social 4, no ha sido estudiada al interior de la disciplina con la misma intensidad ni en Chile y Latinoamérica.

En el país, se han realizado varios estudios sobre visita domiciliaria que no pertenecen precisamente al campo del trabajo social, sino que al de la salud y/o la psicología. Marcela Aracena y su equipo de investigación concluyeron el año 2011, mediante una investigación experimental al alero de un Proyecto de estudio financiado por Fondecyt, que las visitas domiciliarias como estrategias de intervención tienen impacto en el mejoramiento del bienestar biopsicosocial de las madres y sus hijos en un contexto de deprivación (Aracena et al., 2011).

Otras investigaciones nacionales e internacionales en el campo de la salud han encontrado resultados positivos de las visitas domiciliarias en la salud de recién nacidos, niños y familias en riesgo social (Academia Americana de Pediatría, 1998; Avellar y Supplee, 2013; Baqui et al., 2008; Cruz y Marthe, 2010; Gogiaa y Sachdev, 2010; Kitzman et al., 1997), embarazadas (Issel et al., 2014), adultos mayores (Brugerolles, Dois y Mena, 2008; Medina et al., 1998) y en el apoyo a los enfermos terminales (Ascencio-Huertas, Rangel y Allende, 2013; Astudillo, Mendinueta y Granja, 2008).

Desde el ámbito de la salud, existen diversos modelos de visita domiciliaria (Ministerio de Salud, 2008) que también pueden ser aplicables el ámbito educacional. Entre estos modelos están los: – Basados en el acceso a los servicios: que buscan disminuir los estresores al interior de la familia y apoyar el desarrollo saludable del niño niña, a través de la vinculación con los recursos y servicios comunitarios requeridos para satisfacer sus necesidades.

  • Basados en la entrega de apoyo y educación: que persiguen aumentar los conocimientos y habilidades parentales en tema de cuidado y desarrollo infantil.
  • Basados en el comportamiento: que buscan mejorar la relación de los padres con sus hijos a través de la observación y respuesta a los comportamientos del niño.

– Basados en la relación: donde el profesional acompaña al individuo y/o familia en una situación de vida particular, estableciendo una relación de confianza entre el profesional que realiza la visita y la familia. Requiere en muchos casos el profesional alguna preparación psicoterapéutica.

¿En qué consiste la visita domiciliaria? En primer lugar, hay que señalar que ha sido utilizada por varias disciplinas y por tanto no es atribución solo de los profesionales del School Social Work. Consiste en la entrega de un servicio de ayuda, información o guía a un individuo desde el embarazo hasta la adultez mayor y/o a una familia, que puede ir desde la prevención hasta la intervención y evaluación.

Por eso es que la visita domiciliaria se considera parte de una estrategia y no un objetivo en sí misma, ya que por un lado, el tipo de servicio, información o guía entregada en la visita dependerá del objetivo, y por otro lado, la visita domiciliaria podrá contribuir, en conjunto con otras técnicas, a implementar la estrategia para alcanzar el objetivo de la participación de los padres en la educación de sus hijos que en este artículo se discute.

  • La visita domiciliaria se aplica en el propio hogar, a través de encuentros habituales.
  • Esto es relevante ya que a través de visitas únicas o aisladas no es posible generar una estrategia efectiva para lograr el objetivo de participación de los padres en la educación de sus hijos.
  • Para esto se requiere un programa de visitas domiciliarias (Aracena et al., 2011; Avellar y Supplee, 2013; Wasik y Bryant, 2001) enfocado a grupos de ciertas características, como la población en condiciones de pobreza.

Aracena et al. (2011) consideran a la visita domiciliaria como una estrategia óptima para población en situación de pobreza por la dificultad que tienen estos de acceder o mantener comunicación con los sistemas formales, como el educativo. La ayuda que el agente intenta brindar a la familia a través de la visita domiciliaria puede estar enfocada en necesidades sociales, emocionales, cognitivas, de salud y/o educativas.

En consecuencia, no solo las enfermeras son los proveedores de estos servicios, sino que también pueden ser los profesores y trabajadores sociales (Wasik y Bryant, 2001). La visita domiciliaria es una técnica de intervención basada en las ventajas de proveer servicios a las familias en su ambiente natural (Allen y Tracy, 2004).

La visión sobre el ambiente de los niños puede ser crucial para entender sus necesidades familiares e individualizar un servicio que se responda a dichas necesidades. Además, realizarlas en el hogar contribuye a balancear la relación asimétrica de poder entre el profesional y la familia, ayudando a construir relaciones de confianza (Allen y Tracy, 2004).

  1. Estas son cualidades relevantes de la técnica de visita domiciliaria que pueden generar un potencial de impacto positivo en la relación de la escuela con la familia y el involucramiento de los padres en la educación de sus hijos.
  2. Las visitas domiciliarias tienen ciertos principios que respetar en la entrega de servicios.

Además, el visitador debe ser competente para que la visita sea efectiva. Por tanto, debe tener ciertas características, capacitación (conocimientos técnicos y habilidades) y contar con supervisión (Wasik y Bryant, 2001). Del mismo modo, las visitas domiciliarias tienen etapas y tienen que considerar aspectos prácticos como la planificación, tiempo, materiales, documentación, seguridad y confidencialidad (Wasik y Bryant, 2001).

  1. Como se mencionó, las investigaciones en los efectos de las visitas domiciliarias se han centrado en la salud de recién nacidos, niños y madres.
  2. Según Wasik y Bryant (2001) también se han realizado en familias de bajos ingresos, en niños abusados y rechazados y en personas en situación de calle.
  3. Sin embargo, no se ha realizado estudios empíricos sobre los efectos de las visitas domiciliarias en el ámbito educativo.

A pesar de su escaso estudio en el ámbito educativo, la visita domiciliaria puede considerarse como una estrategia que puede facilitar la participación de los padres en la educación de sus hijos y ayudar a entender mejor el contexto extraescolar y sus influencias en el aprendizaje, cuestiones claves para las escuelas básicas (Allen y Tracy, 2004).

Las visitas pueden ayudar a resolver las barreras de la participación de los padres en la educación de sus hijos, como lo son la falta de tiempo para ir a reuniones o para leer materiales enviados a la casa, no sentirse valorado ni bienvenido en la escuela, no comprender el sistema escolar ni su lenguaje, y la accesibilidad (Allen y Tracy, 2004).

Las visitas domiciliarias (Openshaw, 2008) pueden realizarse por otras razones: – Evaluar razones de malos comportamientos o ausencias. – Discutir con los padres las dificultades de los niños, cuando no ha sido posible contactarlos por otros medios. – Incentivar la participación de los padres en actividades que el colegio pretender impulsar.

  1. Educar a los padres sobre cómo actuar con sus hijos en casos de hiperactividad, déficit atencional, autismo u otras necesidades educativas especiales.
  2. La función que el trabajador social tiene en una escuela, como puente entre la escuela, la familia y la comunidad, lo deja en una posición única para llevar a cabo visitas domiciliarias que favorezcan los objetivos de la escuela en torno al aprendizaje de los niños (Allen y Tracy, 2004) como parte de su labor.

Los beneficios y razones por las cuales pueden realizarse visitas en el contexto escolar dejan de manifiesto la potencialidad que tiene esta técnica para promover la participación de los padres en la educación de sus hijos. Sin embargo, surgen algunas interrogantes tales como, considerando que en la actualidad los trabajadores sociales que están desempeñándose en escuelas efectúan usualmente visitas domiciliarias: ¿es necesario efectuar cambios profundos en el modo en el cual actualmente son implementadas y en sus propósitos? Considerando el análisis realizado en contexto escolar ¿crece el potencial de la visita si son efectuadas por un equipo interdisciplinario? ¿Crece su potencial si son combinadas con otras técnicas y actividades? 5.

  • CONCLUSIONES En este artículo se ha reflexionado acerca de la necesidad de pensar en nuevas estrategias para fomentar la participación de los padres en la educación de sus hijos.
  • En este ámbito, se planteó la necesidad de mirar los aportes de otras disciplinas bajo el entendido que desde la propia escuela las prácticas de vinculación familia-escuela parecen estar actualmente agotadas.

Con este propósito, se analizaron los aportes del School Social Work como especialidad del Trabajo Social que tiene por objetivo ayudar al aprendizaje del estudiante desde un enfoque amplio que considera a las familias como un actor estratégico. Dentro de las posibles nuevas estrategias, se destaca el aporte que tiene la técnica de visita domiciliaria para incentivar la participación de los padres en la educación de sus hijos y la vinculación con la escuela.

Como líneas futuras, se plantea la necesidad de efectuar estudios empíricos nacionales que estudien la efectividad de la visita domiciliaria en contexto escolar, y con ello se justifique la necesidad de realizar un trabajo conjunto para mejorar las prácticas de alianza familia-escuela a través de la promoción de esta técnica y de otras.

NOTAS 1 No existe una traducción exacta del término al español. No obstante, puede referirse a él como Trabajo Social Escolar o Trabajo Social en Escuelas. En este artículo se opta por mantener el término en su idioma original.2 En efecto, el sistema legal chileno, a través de la Ley General de Educación (n° 20.370), reconoce distintos sistemas de enseñanza que contribuyen a la educación: el formal, no formal e informal.

  • Dentro del primero, están las escuelas.
  • El segundo incluye a todo proceso formativo realizado a través de un programa sistemático.
  • El informal está compuesto por las familias, los medios de comunicación y la experiencia laboral (MINEDUC, 2009).3 Franklin et al.
  • 2009) señalan que los trabajadores sociales escolares llevan alrededor de 100 años desempeñando su rol en las escuelas estadounidenses.

Basados en las estadísticas de la Asociación Americana de School Social Work, estiman que en la actualidad habrían entre 20.000 y 22.000 trabajadores sociales desempeñándose en las escuelas de Estados Unidos, aunque se sospecha que la cifra estaría sub representada.4 De hecho, antiguamente las trabajadoras sociales eran conocidas como las visitadoras sociales (Aylwin y Solar, 2002).

En la actualidad, la visita domiciliaria es una de las técnicas utilizadas dentro de una gama mucho más amplia. Los trabajadores sociales que se desempeñan actualmente en escuelas en Chile, realizan con frecuencia visitas domiciliarias. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Alcalay, L., Milicic, N., & Torretti, A.

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¿Qué actividades realizaría con los as niños as padres y madres de familia en el periodo de adaptación?

Explorar libremente el espacio total. Cantar canciones. Explorar su cuerpo libremente. Participar en situaciones de interés grupal.

¿Qué actividades realiza papá y mamá?

Tener una relación afectuosa e incondicional con tu hijo o hija es esencial para su crecimiento. – La paternidad ? es la relación que los hombres establecen con sus hijas e hijos en el marco de una práctica compleja en la que intervienen factores sociales y culturales, que además se transforman a lo largo del ciclo de vida.? Tener una relación afectuosa e incondicional con él o ella, mantener una relación que vaya más allá de proveerle económicamente y brindar una crianza respetuosa: cuidar, criar y educar con buen trato y mantener un clima de diálogo y respeto con la madre y la familia, es parte del trabajo que los padres deben asumir.

?‍?‍? Ser un papá activo es: ? Ser partícipe del cuidado diario, la crianza y la estimulación de tu hijo o hija. ? Ser corresponsable de la crianza, compartiendo con la mamá las tareas domésticas y cuidados, tales como: alimentar, vestir, pasear, hacer dormir, jugar, bañar y enseñar a tu hijo o hija.

? Estimular el desarrollo de tu hijo o hija en cada etapa de su vida. ? Tener una relación afectuosa e incondicional con él o ella. ? Criar de manera respetuosa, poniendo límites con buen trato. * Ser un papá presente implica proveer económicamente, pero es mucho más que eso.

  1. Estar involucrado en todos los momentos del desarrollo de tu hijo o hija: embarazo, nacimiento, infancia temprana, niñez y adolescencia.
  2. En el contexto de la pandemia, muchos padres, están en el primer plano del cuidado, protección y educación de los niños y niñas.
  3. Les ha tocado hacerse cargo de su salud, alimentación, desarrollo, continuidad educativa y protección.? Esta paternidad activa ?‍?‍? es necesaria al momento de construir el vínculo con sus hijos e hijas, ya que facilita la trascendencia de su rol creando un compromiso afectivo y genera el involucramiento activo en funciones de crianza y acompañamiento en los procesos de desarrollo psicológico y emocional del niño y la niña, desde un sentido de responsabilidad en todos los ámbitos de la vida.

La participación activa de los hombres ? como padres los involucra como cuidadores primarios de sus hijos e hijas y es beneficiosa para ellos, ya que ayuda en el bienestar infantil y en la salud misma. Los hombres que están involucrados en la vida de sus hijos, los benefician en términos de su desarrollo social y emocional, tienen relaciones más sanas como adulto.

¿Qué beneficios tiene una paternidad activa? ? Cuando como papá estás involucrado activamente en el cuidado y desarrollo de tu hijo o hija: ? él o ella se desarrolla más sano y mejor. ? la madre tiene menos sobrecarga, ya que las tareas son compartidas. ? tú te sientes más realizado con tu vida. ? el vínculo con tu hijo/a será más sólido en el tiempo y de mejor calidad.

Recuerda que a tu hijo o hija le da seguridad y alegría verte vinculado con su desarrollo y crecimiento ? ? En tiempos de COVID-19, la experiencia que tengan los niños y niñas y como recuerden todo este periodo va a depender, en gran medida, de sus padres, madres y cuidadores más cercanos.

Los padres, madres y cuidadores están en el primer plano del cuidado, protección y educación de los niños y niñas. Les ha tocado hacerse cargo de su salud, alimentación, desarrollo, continuidad educativa y protección. Organizar los tiempos con la madre para que ambos puedan cumplir con sus responsabilidades laborales de igual forma.

Ningún trabajo es más importante que otro. Apoyar y acompañar a tu hijo o hija en su proceso educativo a distancia con los materiales y herramientas que tengan en casa, considerando que la prioridad en este momento no son los logros académicos sino el bienestar emocional del niño(a) y su familia.

¿Cuáles son las actividades escolares?

Actividades Académicas Actividades Que Realizan Los Padres De Familia En La Escuela Las actividades académicas están enfocadas a todas aquellas operaciones que se realizan dentro del marco del proceso de enseñanza aprendizaje, encaminadas a reforzar los conocimientos adquiridos en el aula, a desarrollar nuevas habilidades y vincular al alumno con su campo de trabajo y con su entorno social. Tienen como propósito:

Complementar la formación de los alumnos con actividades de acuerdo al currículum y proyecto educativo de cada nivel. Fomentar el desarrollo de valores y actitudes. Crear oportunidades para ampliar y mejorar las relaciones sociales entre los alumnos. Promover una mayor autonomía y responsabilidad en la organización de su tiempo. Favorecer la curiosidad y la creatividad de los alumnos. Promover un sentimiento positivo de pertenencia a la institución.

Las actividades académicas pueden ser: exposiciones, concursos, paneles, conferencias, congresos, cursos de regularización, visitas loc ales o foráneas a museos, parques y/o reservas naturales, empresas u organismos públicos o privados. Los viajes recreativos también pueden tener un sentido académico.

Conferencias Magisteriales Teleconferencias Concursos Exposiciones Talleres y Cursos Cursos y diplomados de especialización Clases muestra Maestros Visitantes Visita de especialistas externos Jornadas Académicas Viajes de Estudios Visitas locales a empresas Semanas Académicas Foros, espacios de discusión Semanas de la salud, Día de la profesión Semana de emprendedores Congresos.

Actividades Que Realizan Los Padres De Familia En La Escuela Se realizan de dentro del ciclo escolar, programadas de manera institucional o a propuesta de la academia de profesores en cada campus de acuerdo a las necesidades del plan de estudios y respetando el calendario escolar. Durante toda tu carrera podrás asistir a estas y otras actividades, logrando así facilitar tu acercamiento con el sector productivo para que conozcas los diferentes espacios donde podrás desarrollarte en tu vida profesional y desarrollar habilidades de planeación, organización y dirección, que contribuyen a tu formación integral.

Actividades Que Realizan Los Padres De Familia En La Escuela Congreso Académico La universidad busca a través de la organización y realización del Congreso Académico, posicionarse a nivel nacional e internacional como una Institución educativa de vanguardia y excelencia académica. Como objetivos particulares se tiene:

Ofrecer a la comunidad estudiantil, egresados y público en general actividades que favorezcan su desarrollo integral, social y promuevan la identidad con la institución. Vincular a los participantes con los diversos sectores de la sociedad, como son el industrial, el gubernamental y el comercial.

Dirigido a:

Alumnos de todos los campus. Alumnos de otras IES y bachilleratos de la región. Egresados. Público en general. Empresarios.

: Actividades Académicas

¿Cómo se involucra la familia en la escuela?

Familia y escuela ante un mundo en cambio INTRODUCCIÓN Familia y Escuela son un marco referencial imprescindible para la incorporación de un nuevo ser humano a la sociedad; pero, este marco se encuentra a merced de los avatares impuestos por transformaciones diversas que han de asumir ambas instituciones si quieren responder a su tarea educativa y socializadora.

  • Los cambios de la sociedad actual son rápidos y profundos, los sujetos no están preparados para adaptarse a ellos en los diversos niveles: biológico, psicológico y social.
  • La complejidad, cada vez mayor, que la caracteriza, demanda una nueva visión educadora de la familia y la escuela, lo que exige su compromiso para trabajar unidas en un proyecto común.

El objetivo principal de esta aportación es crear un espacio de reflexión sobre la necesidad de tomar conciencia de la importancia de la formación en Educación Familiar para ayudar a: a. Los profesionales de la educación y a los padres a mejorar las relaciones Escuela-Familia como una medida de calidad de la enseñanza y prevención del fracaso escolar.b.

Los padres a tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos para responder a las nuevas necesidades educativas que presentan. Para ello, se ofrece el análisis de algunos de los contrastes y cambios fundamentales que se están produciendo y repercuten en la familia y la escuela, y son necesarios tener en cuenta en las prácticas educativas.

También, se considera que una intervención para la educación del futuro debe estar enmarcada en un enfoque interactivo, ecológico y comunitario para responder a las necesidades afectivas, cognitivas y sociales de todos los implicados.1. CAMBIOS FUNDAMENTALES EN LA SOCIEDAD ACTUAL Y SUS REPERCUSIONES.

Los avances científicos y tecnológicos han supuesto cambios muy rápidos. Se suceden de forma vertiginosa, no dando lugar a que el hombre pueda interiorizarlos y adaptarse a las nuevas exigencias que estas transformaciones van imponiendo al mundo de la cultura, mucho más lento en su evolución. Estos cambios, que afectan a la educación familiar, se sitúan en dos planos : interno y externo: 1.

Interno. La familia necesita un marco de referencia para guiar, orientar y educar a sus hijos, porque sumergida en un mundo cambiante, cuya inestabilidad e incertidumbre fomenta inseguridad y miedo, se encuentra confundida, las viejas creencias, los valores vividos, en definitiva, la educación recibida no le sirve para educar a su generación actual.2.

Externo. La familia se encuentra en medio de contrastes ante los cuales se siente sobrepasada y se pregunta cómo responder a las demandas de sus hijos que están fuera de los esquemas de sus propias experiencias y vivencias. En este contexto, la familia tradicional aparece desdibujada, ha perdido sus antiguos puntos de sustentación, se han venido abajo los grandes pilares que sostenían sus creencias y cimentaban los roles atribuidos a los diferentes miembros de la familia, por ejemplo: el hombre, en la figura del padre, no representa la autoridad como pilar de fuerza y poder; la mujer, en la figura de madre, no representa el amor como pilar de sumisión y abnegación y la sexualidad, no representa lo puro y misterioso como pilar de reproducción Esta situación le impide saber plantear pautas educativas que respondan a las necesidades actuales de sus hijos,

En definitiva, la familia se encuentra buscando nuevos pilares donde asentar una nueva identidad, Desde otra perspectiva, la escuela, también se encuentra en una situación similar, Los viejos patrones educativos no le sirven para educar hoy. A merced de los vientos del autoritarismo de ayer y del permisivismo actual, a veces, deja hacer porque no sabe qué hacer,

  1. Encerrada en una burocracia asfixiante, se le hace difícil vivir el sentido comunitario que, proclaman los documentos que la rodean y le exigen los nuevos valores democráticos.
  2. Siente la presión de las demandas que van más allá de su tradicional función transmisora de conocimientos y no se siente preparada para afrontarlas.

¿Qué pueden hacer familia y escuela ante esta situación?. Sencillamente, aliarse y emprender juntas un camino que les permita crear una nueva concepción de la educación, desde una perspectiva comunitaria real dónde el verdadero protagonista sea el niño,

  1. Este objetivo exige la elaboración de un proyecto educativo común entre familia y escuela.
  2. ¿Cómo? Analizando y reflexionando la realidad sociohistórica en la que están inmersas y tratando de responder al tipo de educación que quieren dar a las nuevas generaciones y el tipo de hombre que quieren formar, así como en los medios e instrumentos que han de utilizar para lograrlo.

Este análisis implica tener en cuenta algunos contrastes de la sociedad actual.2. CONTRASTES DE LA SOCIEDAD.

  • Como decíamos, en el seno de la familia y la escuela se están produciendo cambios sustanciales relacionados con los papeles que juegan en la educación, a los que se añaden los grandes contrastes influidos por las Nuevas Tecnologías de la Comunicación, difíciles de abordar, que caracterizan esta sociedad y configuran un estilo de vida y valores, como por ejemplo, los siguientes:
  • • El vecino del bloque es un desconocido con el que no se entabla ninguna comunicación, pero sí se mantienen relaciones con personas y países remotos por medio del correo electrónico, Internet o videoconferencia.
  • • Algunas autonomías territoriales son defendidas a ultranza, y en el ámbito internacional se buscan estrategias de actuación conjunta y global.
  • • Ciertos países desarrollados disponen de una gran tasa de paro, no obstante, recurren a la mano de obra barata proporcionada por los inmigrantes, pero no les integran en su cultura.
  • • Las pequeñas infracciones son penalizadas y las grandes corrupciones se justifican.
  • • El esfuerzo, la constancia y el trabajo son desvalorizados, mientras que el éxito fácil es premiado, etc.

El centro de estos contrastes se encuentra en los medios de comunicación como faro que alumbran lo cotidiano, eje alrededor del que gira la vida familiar y escolar y sus acontecimientos. De forma que los recursos audiovisuales y tecnológicos : televisión, video-juegos, Internet, etc., están al alcance de los ciudadanos, y modelan una nueva forma de concebir el mundo y sus valores.

Como señala Savater, F. (1997 :71), «mientras que la función educadora de la autoridad paternal se eclipsa, la educación televisiva conoce cada vez mayor auge ofreciendo sin esfuerzo ni discriminación pudorosa el producto ejemplarizante que antes era manufacturado por la jerárquica artesanía familiar».

¿Qué conclusiones pueden extraerse de lo expuesto?. El niño es bombardeado desde diferentes flancos por gran cantidad de información, a veces, contradictoria que forma una realidad calidoscópica, de donde surge la necesidad inminente de una educación por parte de los padres y profesores que le ayuden a discriminar este cúmulo de información y le orienten y guíen dando coherencia a sus experiencias cotidianas.

¿Cómo? Tomando como marco de referencia la inestimable la aportación del Informe de la Unesco de la Comisión Internacional sobre la Educación para el S. XXI, presidido por Jacques Delors, que basa la educación para el futuro en estos cuatro pilares fundamentales: Aprender a conocer, Aprender a ser, Aprender a hacer y Aprender a vivir en comunidad.

Aprender a conocer : Es necesario poner en contacto a los niños y niñas con los conocimientos, entretejidos por la historia y la cultura, que se organizan en contenidos curriculares y se aprenden en la escuela, pero también, con el mundo que les rodea por medio de sus relaciones con el entorno, la familia, los iguales y los medios de comunicación, ayudándoles a analizar esta realidad a través de estrategias de aprendizaje constructivo.

  1. La familia transmite conocimientos que entran dentro del ámbito de la historia familiar y le confiere una serie de características diferenciales fruto de las experiencias de las generaciones anteriores.
  2. En este sentido, es importante, crear en el hogar intercambios y comunicaciones sobre la historia de los abuelos, tíos abuelos, así como anécdotas y sucesos acaecidos en la biografía familiar, que permitan al niño tomar conciencia de su procedencia y conocer su filiación y le ayuden a tomar conciencia de su identidad personal, familiar y social.

Así, el niño estructura un tiempo y un espacio tanto en el ámbito personal como histórico, que le ayudan a tomar conciencia de sí mismo como sujeto individual y social. La construcción del concepto de sí mismo de un sujeto gira alrededor de estos dos ejes: tiempo y espacio.

  • Aprender a ser,
  • Para ello, los niños y niñas han de aprender a ser desde dos vertientes: 1) social: como miembro de un grupo social, de una cultura, que podemos relacionar con «aprender a conocer», y 2) individual: como ser único y diferente, descubriendo su interioridad, sus posibilidades y limitaciones, su realidad personal inmersa en una realidad social, en la que desarrollar su proyecto vital.

Para aprender a ser él mismo, el niño descubre sus peculiaridades y su ser sí mismo en la diferenciación con los miembros de su familia. La identidad personal la adquiere en este doble proceso de descubrimiento de sí mismo y diferenciación del otro. De ahí la importancia de sus primeros contactos familiares para potenciar la realidad de su ser individual y personal.

El niño aprende a ser sintiéndose querido, valorado, descubriendo que es digno de ser amado. Aprender a hacer, El niño aprende a desarrollar habilidades y destrezas, observando, experimentando y descubriendo todos los objetos que encuentra a su alrededor. El niño aprende a hacer con sus más próximos, en la realidad cotidiana del hogar y de la escuela, cuando se le permite manipular, asociar y establecer relaciones entre diferentes elementos, estamos permitiendo que aprenda a hacer.

La creatividad como capacidad creadora, que permite abrir hacia nuevas fronteras, se fomenta estimulando al niño a investigar, descubrir, explorar, experimentar, y en esta tarea pueden participar familia y escuela, por medio de estrategias innovadoras de trabajo común.

  • Aprender a vivir en comunidad,
  • Favorecer una educación para la vida comunitaria, desde el ámbito familiar, es fundamental para que el niño aprenda a ejercitar la participación, la cooperación, el diálogo y la toma decisiones consensuadas y compartir los conocimientos y la vida, de forma que luego sea capaz de transferir estos aprendizajes a otros contextos sociales.

En nuestra opinión el verdadero reto es educar para: Aprender a ser y aprender a vivir en comunidad, Estos pilares para que sirvan realmente al diseño de una educación para el futuro han de ser objetivos educativos de la Familia y la Escuela, plasmados en un proyecto común, como mencionábamos anteriormente, donde se planteen el tipo de educación que quieren dar y el tipo de hombre que quieren formar a partir de una toma de decisiones consensuadas.

  • ¿Cómo es posible alcanzar esta meta? A través de la participación real y efectiva de la familia en los centros,
  • ¿Qué exige? Una formación inicial para la participación, desde los planes de estudio de Formación del Profesorado y de Pedagogos, que incluyan una preparación en Educación Familiar para dotar al profesor y al pedagogo de instrumentos y técnicas para concienciar e implicar a las familias en la vida del centro, así como a los pedagogos de una preparación específica para la formación de padres.

En este sentido, profesores y pedagogos se convierten en agentes de participación, de cambio y dinamizadores de las relaciones entre la familia y el centro, que encuentra así su sentido como comunidad educativa.3. FAMILIA Y ESCUELA: EDUCAR PARA VIVIR EN COMUNIDAD ¿Qué significa el término comunidad?.

  1. En palabras de Bárcena, Fernando.
  2. 1997 :112), en sentido abstracto, alude a lo que pertenece a todos los miembros de un grupo o colectividad, va referido a una comunidad de bienes, de sentimiento y de origen.
  3. Puede adquirir múltiples formas, y referirse a la comunidad familiar, a la escolar, o también a la económica europea.

Es un concepto que, en la actualidad, tiene gran importancia en el ámbito de la Sociología y de la Filosofía Moral y Política contemporáneas. Desde el punto de vista sociológico, la comunidad es una forma peculiar de agrupamiento social, y para Rodríguez Neira, T.

1997 :161), «la forma más perfecta de la comunidad es la familia», pero, ¿lo sabe la familia?. La familia como primer ámbito educativo necesita reflexionar sobre sus pautas educativas y tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos. La complejidad de la realidad actual se le escapa y esto repercute en la vida del niño, conllevando problemas escolares y familiares que surgen en la realidad diaria: desinterés, falta de motivación, dependencia, bajo rendimiento, fracaso escolar, violencia, etc., que no se pueden achacar a la sociedad en abstracto, a la familia, a la escuela o a los alumnos, de manera independiente como «compartimentos estanco», sino que la interacción de todos ellos es la que propicia esta situación.

De ahí surge la necesidad de una formación específica en este nuevo campo de trabajo pedagógico, el familiar, para que cualquier intervención que se intente llevar a cabo tenga en cuenta la visión global de su contexto. El niño comienza su trayectoria educativa en la familia que la escuela complementa.

  1. De la coordinación y armonía entre familia y escuela va a depender el desarrollo de personalidades sanas y equilibradas, cuya conducta influirá en posteriores interacciones sociales y convivencia en grupo, que crearán un nuevo estilo de vida.
  2. Es urgente que ambas instituciones se planteen como objetivo prioritario al niño como verdadero protagonista de su quehacer educativo
  3. ¿Cómo llevarlo a la práctica?

En primer lugar, es necesaria una nueva forma de enfocar la educación en la familia, que ha de tomar conciencia de la necesidad de su participación en ámbitos sociales más amplios. Esto exige una formación de padres a través de programas. En segundo lugar, las propuestas han de ir enfocadas hacia intervenciones globales en las que se impliquen las instituciones sociales, escolares y familiares, desde una perspectiva interactiva, ecológica y comunitaria,

Como señalábamos el verdadero desafío es aprender a ser y aprender a vivir en comunidad, esto exige hacer posible espacios de comunicación e intercambios que fomenten la participación y conduzcan a compromisos que enriquezcan la vida personal y colectiva de los implicados. La familia juega un importante papel en este sentido, pero hay que ayudarla a tomar conciencia de ello,

Los cambios de la sociedad actual deben encaminarla hacia una estructura participativa y de compromiso, de modo que cada uno de sus integrantes desempeñe su función, y tenga conciencia de su identidad individual como miembro de esa comunidad. ¿Cómo? Dentro un clima de comunicación se establecen pautas para la distribución y organización de tareas en función de las necesidades y posibilidades de cada miembro.

En este contexto, la comunicación adquiere un valor esencial si desea educar para la vida comunitaria, y se convierte en la mejor manera de superar dificultades, conflictos, contrastes y contradicciones de la realidad cotidiana que surgen de la propia convivencia del hogar, y fuera de él. La escuela se sitúa en el segundo espacio, de vital importancia, en la vida de los niños y niñas.

Entre sus objetivos se encuentra: fomentar la participación, cooperación y colaboración entre los alumnos, En consecuencia, la puesta en práctica de los valores comunitarios y democráticos que se proponen en la familia y la escuela, formarían parte de las experiencias y vivencias de los alumnos, desde los dos ámbitos en los que interactúa cada día, configurando su identidad y el concepto que de sí mismo van adquiriendo.

En una sociedad como la nuestra, la familia y la escuela han de tener claros sus papeles y fomentar la vida comunitaria, como fundamento de toda posterior experiencia social. ¿Cuáles son los ejes que han de regir sus actuaciones? Siguiendo a Medina Rubio, T (1997): la autoridad basada en el compromiso ético, el ejemplo como coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace y el amor como el motor que impulsa y da vida,

La experiencia temprana en la familia de formas de comunicación basadas en el diálogo y el consenso sustentarán actitudes democráticas de participación, colaboración y cooperación, En consecuencia, este aprendizaje será reforzado en la escuela si pone en práctica actividades en las que los alumnos trabajen en equipo, utilicen la negociación para resolver sus conflictos y pongan en práctica los valores de la vida comunitaria, en los que se han iniciado en el hogar.

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En definitiva, es esencial que padres y profesores se pongan de acuerdo sobre cómo hacer efectiva la participación de la familia en la escuela, para que sus relaciones sean de ayuda mutua y hacer frente a los desafíos que les presenta este mundo en cambio, lo que va a repercutir de forma positiva en la educación de los niños y va dar coherencia a sus experiencias.4.

UNA PROPUESTA DE INTERVENCIÓN PARA LA PARTICIPACIÓN DE LA FAMILIA EN LA ESCUELA Del desarrollo de esta exposición surge un aspecto fundamental, la formación en Educación Familiar. No se puede hablar de fomentar la participación activa de la familia en la comunidad escolar, sin una formación del profesorado y los pedagogos, poniendo a su disposición conocimientos, instrumentos y estrategias que faciliten su labor.

  1. De ahí que, la propuesta de intervención para que sea efectiva, haya de abarcar varios niveles: Universidad, Centros de Formación del Profesorado y Centros Escolares.
  2. La incorporación de la Universidad a esta tarea, al introducir, en los planes de estudio de los futuros maestros, Programas de Formación para la Participación: Escuela y Familia, supone una respuesta de implicación y compromiso que muestra su sensibilidad por una apuesta de educación para el futuro.

De hecho, en la literatura, se recoge que ya se está realizando en algunos países europeos y americanos. Como indica, Kñallinsky, E. (1999 :142), los objetivos que se persiguen, al incluir la implicación de los padres como parte de los estudios de magisterio, son:

  • • Desarrollar la sensibilidad en los futuros maestros acerca de los cambios en las familias.
  • • Conocer la importancia de la implicación de los padres.
  • • Tener experiencias prácticas de trabajo con éstos
  • Como objetivos específicos del programa se plantean:
  • • Trabajar con distintos tipos de familias
  • • Desarrollar e implementar actividades para comunicarse con las familias
  • • Elaborar y poner en práctica un proyecto de lectura en casa
  • • Dirigir reuniones de padres
  • • Conocer el amplio abanico de actividades que se realizan en las escuelas para integrar a los padres

La formación del profesorado para la participación educativa de la familia, así como la de los pedagogos, mejoraría la tarea educativa que tienen encomendada ambas instituciones, Desde este enfoque, el rol del profesor es de mediador entre la cultura escolar y familiar, y se superarían los temores de los docentes a la intromisión de los padres en sus tareas, como recogen algunos autores, y se interpretaría la participación en el sentido de colaboración y apoyo mutuo para diseñar de forma conjunta el proyecto común de educar a los alumnos para ayudarles a crecer y desarrollar su proyecto vital, introduciendo estrategias para adaptarse a los retos que se les presentan.

Por otra parte, lo padres se sentirían involucrados en la trayectoria escolar de los hijos de forma efectiva. En esta línea, el pedagogo también tendría un papel importante en el diseño de programas de formación en este nuevo campo educativo que surge como demanda social. La oferta, por parte de los Centros de Formación del Profesorado, de Cursos en Educación para la Participación de la Familia en la Escuela, para la formación permanente de los profesores en ejercicio, ayudaría a mejorar la situación actual.

Por último, desde los propios centros escolares, es preciso encontrar un sistema que facilite la comunicación entre la escuela y la familia, basado en los presupuestos que fundamentan el sentido de comunidad, caracterizado por la participación y el compromiso común hacia una acción conjunta.

La dificultad radica en como llevarla a cabo. Una vía para superar dicha dificultad es facilitar el encuentro entre padres y profesores, donde pongan de manifiesto el deseo de buscar formas innovadoras de fomentar la participación, así como de crear un clima abierto de comunicación en el que se expresen los problemas, inquietudes, temores, miedos e inseguridades, y mutuas necesidades de ayuda y colaboración.

En este sentido, un importante objetivo es que la familia tome conciencia de la necesidad de su participación en ámbitos sociales más amplios, que influyen en sus prácticas educativas en el hogar. Para lograrlo, es preciso ayudarla a descubrir la importancia de su colaboración en la escuela, aceptando que existen objetivos que son comunes y en los que son necesarios unir los esfuerzos de padres y profesorado para su consecución.

La implicación de las familias en la vida del centro, se alcanza aprendiendo a trabajar juntos en diversas actividades, que en relación con sus respectivas funciones, los padres y profesores pueden programar, asumiendo que un trabajo en equipo es un medio eficaz para estimularse y apoyarse mutuamente.

Esto conlleva valorar el enriquecimiento que para el propio desarrollo personal supone la aportación de las ideas e iniciativas de los demás. La visión de un trabajo en colaboración mutua, parte de un concepto de cambio y mejora de la realidad, que puede ser modificada, a través de la acción conjunta de todos los implicados, a la vez que repercute en una mejora de la calidad de la enseñanza y de la vida escolar.

Uno de los elementos primordiales para invitar a los padres a la participación en la vida del centro, es proporcionarles información, Es reconocido por diferentes autores que los alumnos que pertenecen a familias de estatus socioeconómicos bajos, normalmente, no están bien informados de las convocatorias de becas y ayudas a las que pueden acceder, con lo cual no las solicitan.

Por otra parte, debido a su ambiente, los padres tienen menos expectativas de futuro que los de la clase media, por lo que no estimulan a estudiar a sus hijos, más aún cuando la trayectoria escolar está acompañada de suspensos y fracaso escolar, además de la inferioridad de condiciones en las que se encuentran para estudiar al carecer de medios y ambientes adecuados.

Indudablemente, el planteamiento de las desigualdades en educación hay que situarlo en un ámbito social y cultural amplio, no podemos aventurarnos a decir que las desigualdades de oportunidades se pueden solucionar sólo desde la escuela, por lo relacionada que está con las condiciones y estatus sociales; pero sí puede mejorar aspectos y medios relacionados con la escuela para permitir a los alumnos proseguir sus estudios, como es implicar a los padres en esta tarea educativa.

Comunicarles que algunos estudios muestran que cuando los padres participan en todos los aspectos de la vida escolar se incrementan los efectos positivos sobre el rendimiento de sus hijos puede ayudarles a valorar las consecuencias de su apoyo en la tarea educadora de la escuela, en la que tienen una función a desempeñar.

  1. La necesidad de implicar a la familia en la tarea educativa, no es ninguna novedad.
  2. En estas últimas décadas, ha sido recogida en diversas leyes, insistiendo en la coordinación de la familia y de la escuela para diseñar un proyecto educativo común, cuya finalidad es la educación integral de todos los alumnos,

Pero, aunque en todos los centros existen Consejos Escolares y Asociaciones de Padres, no en todos funcionan de forma dinámica e impulsora de la participación de los padres, lo que invita reflexionar sobre medidas innovadoras a utilizar.

  1. ¿Qué estrategias se pueden utilizar?
  2. a) Enviar una breve nota, proponiendo cuestiones de este tipo, para conocer:
  3. • Temas que les preocupan den la educación de sus hijos
  4. • Necesidades que sienten ante la educación de sus hijos
  5. • Dificultades que tienen para educar a sus hijos
  6. • Día de la semana y horario que les viene mejor para convocar una reunión

Las respuestas facilitarán información desde dos ángulos: 1) Un primer análisis de la realidad sobre el interés de los padres en temas, necesidades y dificultades relacionadas con la educación de sus hijos, que permitirá priorizar objetivos y actividades a plantear.2) El nivel de respuesta indicará cómo organizar un encuentro.

En la reunión que se convoque se puede establecer un calendario para responder a las necesidades de las familias, desde sus necesidades. Este aspecto, es relevante. Generalmente, se planifican las actividades a partir de lo que el diseñador de las mismas considera como importante, sin embargo, es aconsejable trabajar desde la realidad de los padres, de sus conocimientos y teorías implícitas.

b) Grabar algunas sesiones de clase e invitar a los padres a ver esta grabación Muchas veces los padres desconocen las conductas de sus hijos en el colegio, porque éstos se comportan de diferente forma a como lo hacen en el hogar. De manera, que en ocasiones la comunicación entre el profesorado y la familia se dificulta.

A los padres les resulta difícil creer la información que le proporciona el tutor. La invitación para ver el vídeo puede tener dos funciones: 1) Conocer la conducta de sus hijos trabajando en el aula, puede facilitarles pistas para reforzar estrategias que faciliten el estudio en el hogar.2) Conocer el trabajo del profesor, lo que permitirá valorar su tarea docente y, por otro lado, el comportamiento de los alumnos.

A partir de esta experiencia, se pueden intercambiar ideas, preocupaciones, problemas, etc., y comenzar a organizar encuentros para tratar los aquellos temas que les interesan. Esta experiencia, puesta en práctica por dos profesores de Educación Infantil, en nuestra provincia, les ha dado muy buenos resultados para implicar a los padres en la escuela y mejorar sus relaciones.

  • c) Deberes y recomendaciones de apoyo al estudio
  • Establecer un sistema de comunicación: cartas, tarjetas, etc., semanal, quincenal o mensual con algunas recomendaciones relacionadas con:
  • • Técnicas de estudio y recomendaciones sobre factores ambientales que lo favorecen
  • • Lecturas para reforzar actividades escolares
  • • Relación de Videojuegos, programas educativos por ordenador como complemento a actividades en el aula.

• Programas de TV. Publicidad, etc.

  1. Estas recomendaciones tienen una doble finalidad. Por una parte, estimulan las relaciones entre la familia y la escuela; por otra, invitan a los padres a participar en las actividades escolares proponiendo que se haga en familia comentarios sobre las historias, publicidad o tema recomendado para trabajar en el hogar, favoreciendo, así también, la comunicación entre padres e hijos
  2. d) Otras sugerencias para fomentar la participación de los padres
  3. Para aumentar dicha implicación se sugieren las siguientes formas de convocatoria:
  4. • Convocatorias por cartas a través de los alumnos o delegados de los cursos.
  5. • Pancartas: Para anunciar alguna actividad, se hacen en paneles de papel que se colocan en la entrada de la escuela o en los alrededores (deben reservarse para ocasiones excepcionales).

• Murales: También se utilizan para anunciar actividades. Se pueden hacer mediante collages o montajes con fotos, recortes de periódicos, etc. • Megafonía: Instalada a la entrada del centro o bien en un coche, con la información previamente grabada en una cinta • Cuñas radiofónicas: Por medio de las radios municipales se puede ofrecer la información • Agendas de los periódicos.

Hay periódicos que ofrecen gratuitamente un espacio en su agenda informativa. • Recordatorio: En una cartulina o un papel de 20 x 5 cm. Se recuerda la fecha, hora y lugar de la actividad 5. CONCLUSIONES Familia y Escuela tienen funciones sociales diferentes, pero complementarias. Ante la complejidad del mundo de hoy han de unir sus esfuerzos para lograr superar las dificultades que se les presentan porque en última instancia su razón de ser está en función del protagonismo del niño en su tarea educadora.

Esta época presenta un nivel de exigencias a la educación familiar y escolar que reclama la preparación y formación de un nuevo estilo educador basado en un aprendizaje para vivir en comunidad, a la que padres y profesores están llamados a responder con el compromiso de participar en esta tarea común, cada uno desde su ámbito de conocimiento y experiencia para atender a las necesidades afectivas, cognitivas y sociales de los niños y todos los implicados en la comunidad educativa.

  • La propuesta que presentamos se fundamenta en los pilares de la Educación para el futuro: Aprender a conocer, Aprender a ser, Aprender a hacer y Aprender a vivir en comunidad.
  • Estos pilares han de fundamentar las relaciones entre la escuela y familia favoreciendo la comunicación, la participación y la colaboración, para superar los factores estructurales de la propia escuela, así como las teorías implícitas de padres y profesores sobre la educación, la enseñanza, la familia, la escuela, el papel de cada uno en esta tarea, etc.

Es necesario, abrir las ventanas a la historia de una nueva concepción de la familia y la escuela en su tarea educativa. Ambas instituciones, requieren una reestructuración estructural y cognitiva, una modificación y adaptación a un nuevo estilo de educación y una actitud abierta a la formación de los alumnos orientada a una educación para la vida comunitaria.

Cuando el niño vive en el hogar los valores comunitarios de participación y comunicación puede transferirlos a otros contextos, Referencias A guilar, Mª Carmen 2001 Concepto de sí mismo. Familia y Escuela. Ed. Dykinson. Madrid. A guilar, Mª Carmen 2001 Educación Familiar, ¿reto o necesidad?. Ed. Dykinson. Madrid.

A guilar, Mª Carmen 2001 Proyecto Docente. Educación Familiar y su aplicación a la Educación Infantil. Inédito. Bárcena, Fernando 1997 Diccionario de Filosofía de la Educación Hoy. Ed. Dykinson. Madrid. Delors, J.1996 La educación encierra un tesoro, Ed. Santillana.

  • Unesco. Madrid.
  • Ñallinsky, Eva 1999 La participación educativa: Familia y escuela, Ed.
  • Servicio de Publicaciones de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
  • Las Palmas de Gran Canaria.
  • Rodríguez, Teófilo 1997 Las comunidades sociales como instituciones educadoras.
  • En Medina Rogelio, Teófilo Rodríguez y Lorenzo García Teoría de la Educación.

Editorial Uned. Madrid. Savater, Fernando 1997 El valor de educar. Editorial Ariel, S.A. Barcelona.

¿Cómo es la participación de las familias en la escuela?

Los padres participan individual- mente asistiendo a las reuniones, participando en las actividades de la escuela, haciendo el seguimiento escolar de sus hijos, entre otras. Y colectivamente, a través de las asociaciones de padres y madres y del Consejo Escolar, principalmente.

¿Qué actividades realizarías para afianzar el vínculo entre los padres y la escuela?

Cómo realizarlos: Diseña actividades que permitan la participación de las familias en distintos proyectos, los cuales pueden ser acondicionar el salón de clases, compartir su profesión cuando se relacione con el tema, realizar una actividad conjunta como cocinar o leer cuentos, entre otros.

¿Qué papel juegan los padres de familia en el aprendizaje de sus hijos en educación inicial?

Roles cruciales en la educación de los hijos – 1. Los padres somos los actores principales en el proceso de educación y formación de nuestros hijos. Educamos a través del ejemplo y los niños aprenden por imitación, observación a los padres, conductas y actitudes. Además, inculcamos valores que son importantes para el desarrollo integral de nuestros pequeños.

  • El rol del padre en la educación no es reemplazar a los profesores, sino guiar, acompañar y supervisar el avance de los hijos ahora en sus clases virtuales.2.
  • Bienestar Emocional / Estar atentos a las emociones: Esta realidad en la que vivimos actualmente podría generar ansiedad en nuestros pequeños, por lo que es recomendable GESTIONAR EMOCIONES, IDENTIFICAR, VERBALIZAR, VALIDAR Y ACOMPAÑAR al niño.

¿Qué herramientas? Trabajar con los niños en emociones qué hago con la emoción y cómo la expreso, pensar en que la reacción es sólo la punta del iceberg pero que debajo hay algo más que tenemos que descubrir, siempre hay una razón para una reacción. Cuando hay una frustración primero debemos observarnos a nosotros, cómo estamos actuando: ¿Qué hago yo? ¿Cómo les hablamos? No solo que decimos, sino también mirar nuestros gestos, reconocer errores y mejorar. 3. Fomentar su autonomía: Desde pequeños es importante que se hagan responsables y hagan actividades por sí mismos, así también logramos que desarrollen su autonomía. Darles desde pequeñas tareas que desarrolle en ellos el sentido de pertenencia en casa.4.

Avisar al niño cuando tiene su clase virtual dejando su material organizado: dar autonomía, explicarles en el horario y la planificación que es lo que deben tener en la mesa, anticiparse, apelar a la responsabilidad desde pequeños. A nuestras edades no tienen los niños un control del tiempo y debemos recordarles, pero eso no quiere decir que debemos hacerlos todo.

Realización de las tareas escolares: no significa que debemos despreocuparnos, es importante que los niños sientan que estamos ahí, que estamos pendientes de que tienen lo que necesitan, que supervisamos el proceso etc., y ayudamos cuando sea necesario, pero no significa que debemos sentarnos y hacer los deberes con ellos. Aprovechar para que los niños aprendan el sentido de responsabilidad, la autonomía, la constancia 5. Y el último punto que os traemos en la educación de los hijos, es mantener una rutina y poner normas: Mantener una rutina clara, con horarios para levantarse, comenzar el día como si estuviéramos en clases presenciales, desayunar y vestirse para asistir a la clase.

¿Qué actividad hace el papá?

Responsabilidades – Designar obispos, cardenales y santos Los obispos supervisan las actividades de la iglesia en diferentes regiones geográficas, y el Papa es el encargado del nombramiento de este nivel del clero. Además, el Papa para que sean Cardenales.

Ellos aconsejan al papa y serán los responsables de la elección del siguiente pontífice. El Papa es también el encargado de nombrar a los santos. Define diócesis Esas áreas que los obispos están a cargo se llaman diócesis. El Papa puede crear nuevas diócesis, fusionarlas o eliminarlas. Actúa como jefe de Estado Además de ser el líder religioso de la Iglesia, también es el jefe de la diplomacia de la Ciudad del Vaticano, reconocida como un país en sí mismo.

Dentro de sus funciones está el dirigirse a los medios de comunicación, es responsable de la imagen mundial de la iglesia. Resuelve los problemas de la fe Al interpretar la Biblia, resuelve cuestiones relacionadas con la fe y la moral. Algunas de estas decisiones pueden estar ligadas a los problemas mundiales y otras a temas de actualidad como el aborto o la homosexualidad.

Preside el cargo de consejero delegado La iglesia tiene miles de millones de dólares en propiedades y emplea a decenas de miles de personas en todo el mundo. Además, tiene una fortuna en inversiones y opera el banco del Vaticano (nombre real: Instituto para las Obras de Religión), que cuenta con cerca de US $ 6,5 mil millones en activos.

Este es uno de aspectos más terrenales del trabajo del Papa: proporcionar la dirección estratégica para la iglesia y sus finanzas.

¿Qué tareas tiene el papá?

Facultades de gobierno del Papa – El gobierno que ejerce el Papa está al servicio de su ministerio de unidad y de supremo pastor en la Iglesia. Así, el Papa tiene la facultad de realizar los actos de gobierno eclesiástico necesarios o convenientes para el bien de la Iglesia.

  1. Entre estas funciones están, por ejemplo, dar el mandato para ordenar obispos, establecer diócesis u otras estructuras pastorales para la atención de los fieles, promulgar leyes para toda la Iglesia, aprobar institutos religiosos supradiocesanos, etc.
  2. El Papa ejerce su gobierno supremo de distintas maneras, según las circunstancias y los tiempos.

Por ejemplo, en la Iglesia latina nombra directamente a los obispos, mientras que en las Iglesias orientales, por lo general, confirma la elección del obispo realizada por el sínodo local. La designación directa por el Papa se implantó en Occidente para evitar las frecuentes injerencias del poder civil.

En todo caso, son el bien, la utilidad o la necesidad de la Iglesia universal las que determinan en cada momento histórico la oportunidad de los modos de ejercer la autoridad, según la prudencia pastoral. El primado del Papa tiene, por lo tanto, un contenido inmutable, que corresponde a su misión, y unos aspectos variables.

De hecho, la naturaleza inmutable del primado del sucesor de Pedro se ha expresado históricamente a través de modalidades de ejercicio adecuadas a las circunstancias de la Iglesia en cada época.

¿Qué actividades realizarías para afianzar el vínculo entre los padres y la escuela?

Cómo realizarlos: Diseña actividades que permitan la participación de las familias en distintos proyectos, los cuales pueden ser acondicionar el salón de clases, compartir su profesión cuando se relacione con el tema, realizar una actividad conjunta como cocinar o leer cuentos, entre otros.

¿Qué trabajo debe realizar la docente de aula con los padres de familia que tienen hijos con discapacidad?

Es decir, ayudar a las familias a conocer a sus hijos o hijas desde sus fortalezas y, a partir de ello, aceptar y valorar sus características, reconociendo la necesidad de brindar apoyos, desde la familia, y trabajar de la mano con la escuela para alcanzar metas en el desarrollo integral de su hija o hijo.