Ofrézcase como voluntario en la escuela – Si su horario se lo permite, busque maneras para ayudar en la escuela. Las escuelas suelen mandar a casa listas de actividades para involucrar a los padres, y frecuentemente necesitan voluntarios que pueden:
Acompañar a los estudiantes en los viajes de estudios o los bailes (y si su niño siente que es demasiado vergonzoso verle en la pista de baile, ayude a vender refrescos en el pasillo)Servir en los concilios u otros comités que necesitan representantes de los padresAyudar en los proyectos como el boletín escolarColaborar como voluntario en la clase de su hijo, en la biblioteca, en la cafetería o en la oficina escolarPreparar comida para algún evento escolarAyudar como tutor de estudiantes en tales sujetos como la lectura, las matemáticas, el inglés, el español, computación, o otros cursosTrabajar en un centro de recursos para padres o ayude a crear uno. En estos centros escolares, los padres se reúnen informalmente, piden prestados materiales sobre la educación y sobre la tarea de sus hijos y obtienen información sobre los servicios disponibles en la comunidad.
¿Cuál es la función de los padres de familia en la escuela?
El rol del padre en la educación no es reemplazar a los profesores, sino guiar, acompañar y supervisar el avance de los hijos ahora en sus clases virtuales.
¿Cómo apoya la familia en la educación de los hijos?
En el Ecuador se busca promover la relación entre familia y educación, pues esta se reconoce como el espacio natural que permite el desarrollo y crecimiento integral de sus miembros. – La familia es la base de la sociedad y es ahí donde se reciben las primeras enseñanzas: se aprende a hablar, cómo comportarse, modales y los principales valores que acompañan durante el crecimiento y desarrollo de las personas; también es un agente fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
¿Cuál es la misión de la familia en la escuela?
Básicamente, la misión central de toda familia es la educación, siendo los padres los primeros y principales educadores de sus hijos.
¿Qué influencia tienen los padres en la educación de sus hijos?
La participación de los padres en la educación influye en el rendimiento escolar del hijo. Además, afecta otros aspectos del desarrollo del niño. Si los padres participan en la educación, tendrán hijos con buen rendimiento escolar. Por otro lado, los padres y maestros se benefician con esta participación.
¿Cómo influye el entorno familiar en la educación de los niños?
Por ende, los alumnos que se desarrollan en un clima familiar favorable tienden a lograr más fácilmente éxito escolar, ya que tienen ventajas, por ejemplo, que se les ayude en la realización de las tareas escolares, se está al pendiente de su comportamiento y se les orienta en sus acciones.
¿Cómo influye la convivencia familiar en la escuela?
Home » Novedades » La familia y su influencia en la convivencia escolar El propósito del artículo que compartimos a continuación es presentar un análisis sobre la influencia de la formación social que brinda la familia en el individuo, para entender los problemas de comportamiento de los estudiantes durante las jornadas académicas en los establecimientos educativos.
La familia ha sido la primera institución formadora de valores y saberes; ha sido orientadora en situaciones de exploración, duda y curiosidad que presentan los escolares en su proceso de aprendizaje integral, siendo papá y mamá los máximos referentes educativos y formadores del grupo familiar y los encargados de brindar la confianza y seguridad para fortalecer la personalidad, la autoestima; así adquirir las habilidades necesarias que requiere el ser humano para involucrarse e interactuar correctamente con otros grupos sociales.
Una buena convivencia y socialización depende de una buena composición familiar, la cual debe tener argumentos sólidos y bases de formación para influenciar positivamente a sus hijos cuando se relacionan con otras personas y establecen procesos de socialización.
Los niños y niñas generan un desarrollo emocional y una identidad propia que potencializa su nivel de tolerancia y respeto frente a otras personas. La familia influye en la formación social de aquellos individuos que en edad escolar interactúan en los procesos de socialización ya que son las primeras y las más persistentes porque generan, con gran importancia y repercusión, una convivencia escolar positiva o negativa, dependiendo del grado de formación integral adquirido en este grupo social.
Hoy, esta se ve debilitada como institución social encargada de brindar esos primeros saberes de la vida y la formación de valores necesarios para la socialización y convivencia de todo ser humano, debido a que ha sido desplazada por otros elementos que desarrollan una orientación errada en el proceso de enseñanza de los estudiantes en los establecimientos educativos.
La familia como institución social relevante en la formación integral del ser humano se constituye en el primer entorno educativo de los niños y niñas en su proceso de formación socio-personal, ya que existe una estrecha relación entre personas que comparten sentimientos, emociones y relaciones de intimidad, respeto, y otros valores esenciales para fortalecer la formación integral de las personas en sus primeros años de vida.
La educación y la formación que se imparten en la familia, se deben orientar hacia la formación de una adecuada convivencia para brindar las bases necesarias en la resolución de los conflictos escolares que se puedan presentar en los establecimientos educativos.
La actual situación de conflictos en la convivencia escolar ha llevado a replantear cuál ha sido el papel de la familia en la educación de los escolares porque existe una relación directa entre la influencia que desempeña en la formación social del individuo y el comportamiento manifestado en la escuela.
Desde esta realidad, se presenta una reflexión sobre qué es la familia, su relación con la escuela y cuál es el papel de cada una en la socialización y convivencia del infante; además, analizar cómo influye la familia en los comportamientos que tienen los estudiantes en su convivencia escolar.
Bolaños, D; Stuart Rivero, A.J. (2019). La familia y su influencia en la convivencia escolar. Universidad y Sociedad, 11(5), 140-146. Recuperado de scielo Educrea desarrolla sus cursos de capacitación docente en todo Chile, Revisa nuestra oferta de perfeccionamiento del Área Convivencia Escolar y revisa los contenidos de cada curso aquí.
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¿Cómo apoyar el aprendizaje escolar y la relación de la familia con la escuela?
10 consejos para los padres – Como padre, usted puede reforzar en su casa esta importante colaboración de entre la familia e escuela. Para ayudar a sus hijos a estar mejor preparados, orientarlos y para ampliar sus oportunidades de aprendizaje escolar usted puede hacer lo siguiente:
Establecer una rutina diaria en familia, que incluya buenos hábitos de alimentación y de dormir Destinar un lugar en casa y horario para hacer la tarea escolar Revisar las tareas, deberes y proyectos Hablar todos los días con su hijo/a sobre sus actividades Promover la alfabetización, lea libros y también léale a su hijo/a Limitar y supervisar el tiempo de que ven televisión, juegan, o pasan en las redes sociales y la computadora Expresarle a su hijo que tiene altas expectativas y estándares en su aprendizaje Asistir a las conferencias de padres y maestros, a los días de recepción y eventos de regreso escolares Participar en las decisiones que afectan la educación de su hijo Aprovechar de los recursos que hay en la comunidad y visitar las bibliotecas, museos, zoológicos y teatros, y fomentar la participación en los clubes de después de la jornada escolar, deportes y actividades artísticas
Contar con padres que estén comprometidos en un factor clave para ayudar a los estudiantes y a las escuelas a tener éxito. Con familias, escuelas y comunidades que trabajan juntos como socios, el rendimiento académico de los estudiantes es mejor y los niños están más preparados para llevar una vida feliz y productiva.
¿Qué papel juega la familia y cómo influye en el desarrollo académico del alumno?
¿Qué papel juega la familia en el proceso educativo de los niños? ¿Es la familia un pilar importante en la educación de los hijos? La educación tiene un objetivo muy claro, este es el desarrollo integral del niño, y es en el núcleo familiar donde encontramos las raíces de ese desarrollo global.
- La familia es vital tanto para la sociedad como para el desarrollo del ser humano.
- La educación es tarea primordial de la familia, aunque compartida de una manera significativa con la escuela, con el entorno y con el contexto social.
- Los tres anillos de formación de la persona son: la familia, la escuela y la sociedad.
Centrándome en la familia tengo que decir que es para el niño el primer transmisor de pautas culturales y su primer agente de socialización. Los primeros responsables de la educación de los niños son los padres, la familia es el primer contexto donde nos ponemos en contacto con el mundo, un mundo particular de cada grupo familiar, que va transmitiendo al niño sus hábitos, sus costumbres, sus pautas de transmisión cultural.
Dentro de la familia se dan las primeras interacciones, se establecen los primeros vínculos emocionales y vivencias con las personas cercanas. Es en este medio donde el niño realiza los aprendizajes sociales básicos que le ayudarán en su relación consigo mismo y con los otros. Poco a poco irá conociendo normas, pautas de actuación y comportamiento humano.
Para que la relación entre familia y escuela sea efectiva debe lograr integrar a la familia como parte esencial. Se trata, por así decirlo, de poner en práctica una escuela abierta. La escuela comparte con la familia la labor de educar, completando y ampliando sus experiencias formativas.
- Conseguir que la educación sea eficaz depende totalmente de una unidad de criterios educativos en casa y en la escuela.
- Y para conseguir ese fin es necesario la comunicación y coordinación entre maestros y padres.
- Por ello los maestros necesitan no sólo la información que puedan aportar los padres relativa a sus hijos para conocerlos, sino que además va a ser muy importante su colaboración para hacerles partícipes de la educación escolar de sus hijos, esto repercutirá notablemente sobre su personalidad así como lo que aprendan en el seno familiar va a repercutir en sus comportamientos en la escuela.
Para finalizar mi aportación a la revista me gustaría destacar una cita de José Antonio Marina (filósofo, ensayista y pedagogo) relacionada con los tres pilares fundamentales de la educación: «Los padres solos no pueden educar a sus hijos, hagan lo que hagan, porque no pueden protegerlos de otras influencias muy poderosas.
- Los docentes solos no pueden educar a sus alumnos, por la misma razón.
- La sociedad tampoco puede educar a sus ciudadanos, sin la ayuda de los padres y del sistema educativo.
- La intervención de padres y maestros es imprescindible, pero todos debemos conocer sus limitaciones y reconocer que en la tupida red de influencias en que vivimos, todos ejercemos una influencia educativa, buena o mala por acción o por omisión Es imprescindible una movilización educativa de la sociedad, que retome el espíritu del viejo proverbio africano: para educar a un niño hace falta la tribu entera».
Verónica Paule Núñez.2º Educación Infantil : ¿Qué papel juega la familia en el proceso educativo de los niños? ¿Es la familia un pilar importante en la educación de los hijos?
¿Qué factores familiares influyen en el aprendizaje?
Problemas familiares y rendimiento académico El rendimiento académico evidencia lo que el estudiante asimiló a lo largo de su proceso pedagógico; así como también, la capacidad que tiene para responder a los estímulos educativos (Gardey, 2021). El rendimiento académico es fundamental en todos los procesos de enseñanza y aprendizaje, ya que permite identificar si el estudiante cumple con los estándares de aprendizaje.
- El bajo rendimiento académico es una dificultad que pasan todos los estudiantes y maestros en cualquier nivel educativo.
- Su efecto en la prensa y sociedad es evidente a partir de dos elementos: cuando el bajo rendimiento académico perturba la autorrealización profesional de los estudiantes; y, de igual manera, cuando los niveles de habilidades y conocimientos que puedan alcanzar, resultan limitados a exigencias de su práctica profesional.
El bajo rendimiento académico se puede dar por diversas causas, tales como: desintegración familiar, estilos de crianza, padres trabajadores, desinterés de los padres, adicciones, hijos predilectos, hijos no deseados, etc. Estas causas pueden ser vinculadas a variables pedagógicas y personales en cada alumna.
- Problemas familiares Una de las principales preocupaciones del profesorado de las escuelas, que se hace cada vez más frecuente, es el bajo rendimiento académico que se genera en algunos estudiantes y que interviene de manera negativa en el desarrollo normal del proceso de enseñanza.
- En un estudio se concluye que los padres de familia quienes aportan en las actividades desarrolladas en la escuela; lo hacen de manera formal y basados en los temas tratados en clase.
Sin embargo, existe un grupo de padres de familia que no tienen disposición para realizar y cumplir con las necesidades de los estudiantes y esto hace que el rendimiento escolar sea bajo. «Cada persona es responsable de aportar con el apoyo familiar; sin embargo, la ayuda que les brindan los padres a sus hijos de alto y bajo rendimiento académico, varía de acuerdo al interés que tiene cada padre por sus hijos», acota el estudio.
La psicóloga Cristina Gallegos (2021), afirma que las terapias psicológicas adecuadas si van a mejorar el rendimiento académico; sin embargo, son necesarios otros factores de bienestar, es decir, trabajar conjuntamente con el núcleo familiar. Lamentablemente, las instituciones no dan la importancia necesaria al entorno familiar, a pesar de que los dos están estrechamente ligados en calificaciones y rendimiento.
Por su parte, la Psicóloga Educativa, Tatiana Pesántez, maniesta que el maltrato causa graves afecciones en el desempeño académico de niños y jóvenes, pues, es un factor que impide que el estudiante alcance altos niveles de concentración, debido a que el maltrato genera alteraciones en el sistema nervios.
Sin embargo, le preocupa que que al momento de realizar entrevistas para detectar el porqué de la actitud de los estudiantes, en cuanto a su bajo rendimiento, los representantes suelen ocultar todo tipo de violencia en el hogar y, por ello, es importante realizar un diagnóstico oportuno y las entrevistas debidas, para llegar al origen de la situación de los estudiantes en cuanto a su rendimiento y conducta.
: Problemas familiares y rendimiento académico
¿Cuál es la importancia de la familia en la educación?
La importancia de la colaboración entre padres y escuela para conseguir el éxito educativo. Tanto la familia como la escuela son dos contextos que forman un papel fundamental en el desarrollo de los niños y los jóvenes. La familia es el primer contexto socializador y el espacio donde los alumnos adquieren los valores, competencias y modos relacionales que son fundamentales para una adecuada inserción social.
- La escuela es la institución que tiene la mayor relevancia para los niños y adolescentes con respecto a la cantidad de tiempo que pasan allí y con respecto a la cantidad de relaciones sociales que se producen en el centro educativo.
- La escuela es lugar donde no solo se aprenden contenidos académicos sino donde se aprenden importantes pautas de relación social, así como una amplia gama de valores sociales.
También es el lugar donde se relacionan padres, profesores y alumnos además de otros profesionales. Así mismo, la familia es el primer agente socializador y más importante en la primera infancia para el niño. Es por ello por lo que la colaboración de la familia y escuela es fundamental para el desarrollo completo de la persona.
- Si realizamos una visión actual de las múltiples funciones que realiza la escuela y por ende los maestros y profesores, nos daremos cuenta de la gran complejidad de funciones que tienen éstos en la actualidad.
- En las últimas décadas se ha ido desdibujando la función de los profesores donde se les exige en muchas ocasiones que no solo sean transmisores de conocimientos y de cultura, así como de educadores, se les pide que cumplan un rol de padres, madres, psicólogos y solucionadores mágicos de todos los problemas que les vierte la familia en el desarrollo integral del niño.
Es decir, actualmente se le ha exigido a la escuela que asuma valores y competencias que antes asumían las familias. La familia y la escuela forman a los jóvenes y por ello es muy importante que esta relación sea fluida con una adecuada asunción de los diferentes roles que se complementan en el desarrollo integral del niño y del adolescente.
- Una de las grandes dificultades que están encontrando los profesores del siglo XXI en la escuela en la falta de una comunicación fluida entre familia y escuela.
- Esto proporciona o favorece en ocasiones que al profesor se le termine asignando un rol que no le pertenece e incluso culpabilizándole de ciertas actuaciones de sus hijos si no lo cumple.
Es fundamental para el desarrollo de la labor docente que cada una de las partes integrantes asuma sus roles, el profesor no es el padre ni la madre. Los padres y educadores tienen la responsabilidad de formar a niños y adolescentes en unos valores éticos, cívicos, para la buena convivencia en el centro escolar, así como en la sociedad.
- Para ello es fundamental que los padres y alumnos interioricen la importancia por ejemplo de un clima de respeto en el centro educativo, así como en el aula, con el objetivo de conseguir una mayor calidad educativa.
- La importancia del reconocimiento por parte de las familias de la labor docente, así como de la complejidad que tiene dicha labor, es fundamental en la colaboración familia-escuela.
Los padres deben favorecer la incorporación de los valores éticos y cívicos por parte de sus hijos para que se pueda garantizar el derecho a la educación en la escuela y que así exista un respeto mutuo entre familia y escuela. La escuela sin la familia no podrá conseguir los objetivos para los que le ha encomendado las administraciones.
Por ello, nuestros profesores siempre reconocen esta colaboración como indispensable para conseguir una enseñanza de calidad y un adecuado clima de convivencia. De este modo, los alumnos, que son los futuros ciudadanos, necesitan referentes en su vida personal, académica y social por lo que la colaboración entre familia y escuela es fundamental para que los docentes puedan llevar a cabo su labor en las situaciones más favorables de dignificación docente y esto no será posible sin el adecuado reconocimiento social por parte de los padres y de toda la sociedad.
Laura Sequera Molina, coordinadora estatal del Defensor del Profesor de ANPE. : La importancia de la colaboración entre padres y escuela para conseguir el éxito educativo.
¿Cómo deben colaborar los padres de familia para promover una sana convivencia en las aulas?
REVISIONES Estrategias para promover la participación de los padres en la educación de sus hijos: el potencial de la visita domiciliaria * Strategies to promote the participation of parents in the education of their children: the potential of home visit Estratégias para promover a participação dos pais na educação das crianças deles/delas: o potencial da visita domiciliária Alicia Razeto Pavez Escuela de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales, Pontificia Universidad Católica de Chile Telf.: (56)223544666.
Correo electrónico: [email protected] * Este artículo es un producto de la investigación FONDECYT Iniciación año 2014 N° 11140679 titulada «La visita domiciliaria como estrategia de intervención social para aumentar la participación de los padres en la educación de sus hijos en escuelas básicas municipales».
RESUMEN En este artículo se postula la necesidad de pensar en nuevas estrategias para promover la participación de los padres en la educación de sus hijos. En este ámbito, se plantea la necesidad de mirar los aportes de otras disciplinas bajo el entendido que desde la propia escuela las prácticas de vinculación familia-escuela parecen estar actualmente agotadas.
Con este propósito, se analizan los aportes del School Social Work como especialidad del Trabajo Social que tiene por objetivo ayudar al aprendizaje del estudiante desde un enfoque amplio que considera las familias como un actor estratégico. Dentro de las posibles nuevas estrategias, se destaca el aporte que tiene la técnica de visita domiciliaria para incentivar la participación de los padres en la educación de sus hijos y la vinculación con la escuela.
Palabras clave: participación de padres en educación, relación familia-escuela, trabajo social en escuelas, visita domiciliaria. ABSTRACT This paper proposes the need to think about new strategies to promote the participation of parents in the education of their children.
- In here, also, appears the need to look at the contributions of other disciplines understanding that, at school, the practices of bonding between family and school seem to be, nowadays, exhausted.
- With this intention, the contributions of the School Social Work are analyzed as a specialization of the Social Work Degree that has as aim helping the learning process of students from a wide approach where families are considered as a strategic actor.
Among the possible new strategies, the contribution of the home visit technique is highlighted as stimulates the participation of parents in the education of their children and the bonding with school. Key words: participation of parents in education, family-school bonding, school social work, home visit.
- 1. INTRODUCCIÓN La importancia que tiene la familia en el éxito académico de un estudiante ha sido comprobada por diversos estudios y se convierte hoy en un hecho irrefutable (Coleman, 1966; Gil, 2009; Rivera y Milicic, 2006; UNESCO, 2004; Vera, González y Hernández, 2014).
- Por lo mismo, la participación que tienen los padres en la escuela adquiere un papel fundamental para potenciar las capacidades de los niños y jóvenes e incidir en su éxito académico (Baquedano-López, Alexander y Hernández, 2013; Boberiene, 2013; Dikkers, 2013; Garcia-Reid, Peterson y Reid, 2013).
Según Boberiene (2013) el compromiso de los padres mejora las dinámicas dentro del aula, ya que incrementa las expectativas de los profesores, mejora la relación profesor-alumno y contribuye a una mayor competencia cultural de los estudiantes. Así también lo confirma un estudio realizado en Estados Unidos con familias de bajos ingresos, que concluye que el involucramiento de la familia en la escuela está asociado a una mejor relación del estudiante con su profesor, lo que influye en un mejor sentido de competencia del alumno en lenguaje y matemática y en el desarrollo de una mejor actitud hacia la escuela (Dearing et al., 2006).
Tal como lo señala la UNESCO (2004), los primeros educadores de los niños son los padres y madres y por lo tanto, el espacio de aprendizaje por excelencia es el hogar, seguido del barrio, comuna y ciudad. La escuela viene a «continuar y fortalecer con su conocimiento especializado lo que la familia ha iniciado y continúa realizando» (UNESCO, 2004: 23).
Si el capital sociocultural de las familias es marcador para el futuro de los niños, entonces sería conveniente enfatizar la intervención sobre las familias y no solo intensificar la acción compensadora de la escuela para salvar las carencias de partida de los estudiantes que vienen de contextos socialmente desfavorecidos (Gil, 2009).
La intervención sobre las familias puede hacerse desde las escuelas, en el sentido de fomentar la participación de los padres y madres en el proceso educativo. Sin embargo, es también un tema de políticas públicas, tal como lo señalan Dearing et al. (2006), quienes postulan que debería ser un objetivo central de las políticas y prácticas para disminuir la distancia entre los niños de bajos y altos ingresos.
En este artículo, el capital sociocultural no solo se entiende como la cantidad de años de escolaridad alcanzados por los padres, sino que también incluye la capacidad que estos tienen de desplegar esfuerzos y acciones concretos para apoyar la educación de sus hijos.
- Este es un aspecto de suma importancia en contextos socialmente vulnerables, en los cuales los padres presentan un menor nivel educacional.
- El enfoque de este artículo, que asume la perspectiva de las fuerzas (Saleebey, 2000), es que un bajo nivel educacional de los padres no necesariamente impide el desarrollo de habilidades para apoyar el proceso educativo de sus hijos.
Eso sí, para eso se requiere que exista una vinculación entre las familias y la escuela. Por lo mismo, es necesario que las escuelas busquen nuevas formas de abordaje y trabajo interdisciplinario que permitan convertir a los padres en agentes de cambio y de apoyo para la escuela (Martiniello, 1999), facilitándoles información y brindándoles recomendaciones (Gil, 2009).
- Son las escuelas las responsables de este desafío debido a que la participación de los padres está influida por las expectativas que de ellos tienen los profesores y los directivos (Baquedano-Lopez et al., 2013).
- La complejidad del fenómeno amerita una mirada interdisciplinaria, sobre todo si se considera que la escuela se ha caracterizado por desconocer el papel protagónico de la familia en el desarrollo integral de los niños (Rivera y Milicic, 2006).
Los educadores tienden a tratar a las familias como personas presentes y no como aliados (Boberiene, 2013) y las iniciativas de participación están a menudo desconectadas de los programas de instrucción. Este artículo se sirve de los aportes del School Social Work 1, especialidad del Trabajo Social que tiene una larga y productiva tradición en Estados Unidos desde inicios del siglo XX.
- El artículo tiene por propósito reflexionar acerca del potencial que presenta una técnica específica como parte de una estrategia de promoción de la participación de los padres en la educación de los hijos para favorecer su éxito académico.
- La primera sección consiste en un análisis acerca de los beneficios y formas de participación de los padres para propender a una vinculación entre familia y escuela.
La segunda consiste en presentar los aportes que el School Social Work puede realizar en una escuela. La tercera sección reflexiona acerca de las potencialidades que puede tener la visita domiciliaria en las escuelas.2. PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES EN LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS: CONSTRUYENDO NUEVAS ESTRATEGIAS La educación es un proceso que acompaña toda la vida, es «un proceso de aprendizaje permanente, que abarca las distintas etapas de la vida de las personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico, mediante la transmisión y el cultivo de valores, conocimientos y destrezas» (Ley General de Educación n° 20.370).
- Por su creciente complejidad, la educación así entendida no puede ser solo responsabilidad de la escuela 2, también es responsabilidad de las familias, desarrollándose entonces en un escenario ampliado (Bolívar, 2006; Epstein, 1986; Romagnoli y Gallardo, 2008).
- La buena relación entre familia y escuela fue encontrada como una de las quince características de las escuelas efectivas, en un estudio encargado por la UNICEF y realizado el año 2004 en Chile.
De allí que desde hace algunos años se hable de la necesidad de generar una alianza estratégica entre ambos actores educativos, como clave para una pedagogía efectiva y para lograr una mejor calidad de la educación que reciben los niños y jóvenes (Alcalay, Milicic y Torretti 2005; MINEDUC, 2002; UNICEF, 2004, 2007).
- Esta alianza requiere de coordinación, colaboración y complementariedad entre las instituciones para cumplir las metas comunes, especialmente entre padres y profesores por el protagonismo que tienen en el modelamiento de los aprendizajes.
- Esta coordinación es una tarea compleja y se ha dado de distinta manera a lo largo de la historia.
Por ejemplo, en la Antigua Grecia, la primera educación se realizaba en casa y estaba encargada a un criado que convivía con el niño y a quien se le llamaba pedagogo. Él estaba encargado de enseñarle valores de la comunidad y habilidades sociales. Como derecho reservado solo a las clases más acomodadas, más adelante el niño ingresaba a la escuela, donde bajo la tutela del maestro, aprendía matemáticas, historia y escritura.
Pero continuaba siendo guiado por el pedagogo, quien era más relevante que el maestro de la escuela (Delval, 2000). Transcurridos varios siglos, en la sociedad actual hay una sedimentada tradición de desvinculación entre familia y escuela (Romagnoli y Gallardo, 2008), puesto que se ha tendido a atribuir la responsabilidad al sistema formal de enseñanza: la escuela.
A pesar de ello, es preciso reconocer que la familia tiene una responsabilidad y capacidad única para educar a los niños. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) la familia es el núcleo fundamental de la sociedad. También es la primera fuente de socialización en lo que refiere a normas, valores, autocontrol, responsabilidad, desarrollo social, equilibrio emocional y autonomía, siendo un vehículo mediador entre el niño y su entorno (Bolívar, 2006; Romagnoli y Gallardo, 2008).
- La familia es la primera escuela de virtudes sociales que todas las sociedades necesitan (Juan Pablo II, 1981), siendo una de sus principales funciones la humanizadora, como transmisora de cultura y forjadora de identidad personal (Aylwin y Solar, 2002).
- Pese a esto, es preciso reconocer que en la práctica muchas familias, especialmente las más vulnerables, tienen dificultades en asumir el rol formador y socializador que de ellas se espera.
Estas dificultades obedecen a diversas causas: las exigencias del mundo actual, los estresores que enfrenta producto de su propia vulnerabilidad, las dificultades de los padres para ejercer sus roles parentales, entre otros. Estudios nacionales indican que la familia tendría una influencia de entre un 40% a un 60% de los logros escolares (Brunner y Elacqua, 2003).
A nivel internacional, hay varios estudios que abordan la estrecha relación que existe entre la participación de las familias y los positivos resultados educativos en los niños y en su comportamiento (Alvarez, Aguirre y Vaca, 2010; Epstein y Van Voorhis, 2001; Fan y Chen, 2001; Grolnick y Slowiaczek, 1994; Henderson y Mapp, 2002; Hill y Craft, 2003; Hoover-Dempsey et al., 2006; Romagnoli y Gallardo, 2008).
A diferencia de lo que comúnmente pudiera pensarse, los beneficios de la participación de las familias en las escuelas no son solo para los estudiantes, sino que también para las familias y las escuelas. En lo concreto, los beneficios de la alianza familia y escuela se pueden sintetizar en (Epstein, 1992): 1) Estudiantes: incremento de la motivación, logros y éxitos en la escuela.
Los estudios realizados en diversos ambientes familiares señalan que los niños tienen ventajas cuando sus padres apoyan y se involucran en la educación de sus hijos a través de las actividades de la escuela (Epstein, 1992). Estas ventajas se resumen en logros académicos, asistencia, adaptabilidad social y conducta en aula (Romagnoli y Gallardo, 2008).2) Familias: los padres aumentan el conocimiento acerca del desarrollo del niño, aumentan sus habilidades parentales y la calidad de sus interacciones.3) Escuelas: la participación de los padres ayuda a los administradores de escuela y profesores a conducir un programa de escuela más efectiva, que conduzca a estudiantes más exitosos.
Contribuiría a una enseñanza más efectiva y a un mejor clima de trabajo. Considerando estos beneficios citados en la literatura, queda en evidencia la importancia de que las escuelas y sus profesionales desarrollen estrategias de intervención que permitan acercar a las familias de manera tal que los padres y madres adquieran mayor responsabilidad, preocupación y competencia para la educación de sus hijos en el espacio del hogar, colaborando con el trabajo que hace día a día la escuela.
- Si bien los beneficios de la participación de las familias han sido bastante estudiados, mucho menos lo han sido las formas y estrategias para incrementar la participación, es decir, las prácticas efectivas para aumentar el involucramiento de los padres en la educación de los hijos.
- Hoover-Dempsey et al.
(2006) sugiere poner en marcha estrategias para fortalecer las capacidades de los padres y de las escuelas para una efectiva participación. Ellas se basan en una fluida comunicación entre los miembros de la escuela y los padres. Estas estrategias, comenta Hoover-Dempsey et al.
2006), deben llevarse a cabo a través de formas que alteren los patrones de relaciones ya instaurados en las escuelas y desvalorizados por las partes. En el ámbito de las estrategias, hay que considerar dos características que propone Epstein (1992), quien señala que las estrategias deben ser: i) Iniciales: Las prácticas de involucramiento de las familias en la educación debieran partir y enfatizarse en el nivel preescolar y básico (Epstein, 1992) pues en los años tempranos las familias y escuelas aprenden a respetarse y apoyarse mutuamente en las responsabilidades compartidas con la educación de los niños: «la calidad de las alianzas tempranas permiten establecer modelos y relaciones que pueden alentar o desalentar a los padres a continuar comunicándose con los profesores de sus niños en años posteriores» (Epstein, 1992: 10).
En esta etapa temprana, el principal propósito de la conexión entre escuela y familia es establecer y fortalecer el desarrollo cognitivo, personal y social de los niños y prepararlos para el aprendizaje. ii) Diferenciadas: de acuerdo a las distintas necesidades de las familias.
- Hay que tener en cuenta que los estudiantes tienen distintos años y niveles de madurez.
- Las familias pasan por distintos ciclos de vida y presentan distintas situaciones socioeconómicas.
- Los educadores, por su parte, se desempeñan en colegios con distinto contexto y ejercen su labor en diversos niveles.
También hay que tomar en cuenta que los grupos de padres de mayor nivel socioeconómico mantienen una relación más directa con la escuela, por su preocupación acerca de los logros académicos (Winter y Easton, 1983). Teniendo en cuenta que las estrategias deben ser iniciales y diferenciadas, Epstein (1992) propone algunas prácticas posibles de participación de las familias que contribuyen al aprendizaje de los niños (Epstein, 1992: 11-12): i) Familia: construir condiciones en el hogar que favorezcan el aprendizaje de los niños y su comportamiento en la escuela.
- La escuela puede ayudar a las familias a desarrollar conocimiento y habilidades para entender a los niños en cada nivel a través de workshop en la escuela o en otros lugares y en otras modalidades como capacitación, entrega de información, etc.
- Ii) Escuelas: comunicar a las familias los avances de los niños y los programas de las escuelas.
Esto se puede hacer a través de llamadas telefónicas, visitas, reportes, conferencias con los padres, etc. Otras posibles formas de participación son: iii) Participación en la escuela: los padres y otros voluntarios pueden ayudar a los profesores, administradores o niños en clases o en otras áreas.
iv) Participación en actividades de aprendizaje en el hogar: los profesores pueden pedirle y guiar a los padres para monitorear y apoyar las actividades de aprendizaje de los niños en el hogar. v) Participación en la toma de decisiones: las escuelas pueden apoyar a los padres a ser líderes a través de la capacitación en la toma de decisiones y en cómo comunicarse con otros padres que representan.
Estas formas de participación distan bastante de las actividades que se realizan actualmente más a menudo en las escuelas: reunión de apoderados y entrevistas en la escuela. Estas son actividades que se realizan en el espacio escolar para instalar nuevas conversaciones en torno a la experiencia escolar de los estudiantes.
No obstante, pareciera haber un cierto agotamiento de estas instancias, las que no se aprovechan del todo, debido a que no siempre tienen buenas tasas de asistencia por parte de los padres, por la dificultad de conciliar las responsabilidades laborales con las familias, a causa de las extensas jornadas laborales (Gubbins, 2012).
Es así como: En la práctica, lo que se ve es que los encuentros entre docentes y apoderados se reducen a la realización de reuniones de apoderados de carácter informativas y orientadas a solicitar aportes monetarios, útiles, textos escolares, uniformes y «quejas» respecto del comportamiento o rendimiento del estudiante (.) La comunicación entre apoderados y docentes tiende a ser así unidireccional y centrada mucho más en las necesidades prácticas de la escuela que en la deliberación conjunta de los asuntos propios del quehacer formativo y educativo de los estudiantes (Gubbins, 2012: 70).
Los docentes también expresan dificultades, porque si bien valoran la participación de los padres, también indican que enfrentan dificultades por la sobrecarga horaria, las exigencias administrativas y la falta de competencia para trabajar con adultos (Gubbins, 2012). Otros obstáculos para la alianza son de orden más estructural, donde el sistema chileno realza más el rol de la familia como un consumidor de un servicio y no como co-responsable de la socialización de la infancia (Gubbins, 2012).
Sumado a esto, otros obstáculos para la alianza efectiva son (Romagnoli y Gallardo, 2008): i) Desvalorización de la cultura de origen de los alumnos; ii) Una relación caracterizada por el desconocimiento mutuo, la desconfianza, incomunicación, el desencuentro; iii) Débiles canales de comunicaciones.
- La complejidad del escenario que representan estos obstáculos, sumada a la sugerencia de Hoover-Dempsey et al.
- 2006) de que las estrategias de incremento de la participación de los padres deben llevarse a cabo de manera tal que rompan con lo ya establecido, vuelven fundamental la necesidad de dirigir la atención hacia otras disciplinas que pueden realizar un aporte en la materia.
En lo particular, en el descubrimiento de nuevas y más efectivas estrategias.3. APORTES DEL SCHOOL SOCIAL WORK PARA ESTRATEGIAS DE INCREMENTO DE LA PARTICIPACIÓN DE PADRES EN LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS Como se mencionó con anterioridad, si ni la escuela ni sus educadores han logrado concebir a la familia como un aliado, entonces es evidente que existe la necesidad de contar con el aporte de otras disciplinas y profesiones que ayuden a mejorar las prácticas y estrategias de vinculación.
En este ámbito, el School Social Work se destaca como una especialidad del Trabajo Social que ha aportado largamente 3, en contexto norteamericano, a la coordinación de las esferas familias y comunitaria con la escuela. Los aportes y potencialidades del School Social Work quedan de manifiesto a partir de un estudio de meta-análisis de 21 publicaciones de estudios norteamericanos sobre la efectividad de las prácticas del trabajo social escolar entre 1980 y 2007 (Franklin, Kim y Tripodi, 2009) que arrojó resultados que «iluminan el impacto positivo que los trabajadores sociales de escuelas pueden tener en los resultados académicos, conductuales, mentales y emocionales de los estudiantes» (Franklin et al., 2009: 8).
La revisión de las potencialidades de esta especialidad pasa por reconocer los enfoques utilizados en el ejercicio profesional. Existen dos perspectivas complementarias que suelen ser usadas por los trabajadores sociales de escuelas (Lee, 2012) y que son de especial valor para la propuesta que contiene este artículo.
Uno de ellos es el modelo ecológico de Bronfenbrenner (1976), en base al cual el profesional enfatiza en la calidad de las interacciones y transacciones entre individuos y grupos en la escuela y entre escuela y otros significativos de la comunidad (Winter & Easton, 1983). Desde este enfoque las dificultades de los estudiantes no solo provienen de los estudiantes mismos y sus familias, sino que también de las condiciones de las escuelas, familias y de la comunidad que afecta el logro de las metas educativas.
Así como el enfoque ecológico de Bronfenbrenner es utilizado por los trabajadores sociales de escuelas, la perspectiva de las fuerzas (Saleebey, 2000) es también útil en estos contextos. Esta consiste en promover el empoderamiento a través de la reducción de los factores de riesgo y fortalecimiento de los factores protectores de las personas y su ambiente.
Esta perspectiva le da prioridad a la prevención y a la intervención temprana (Lee, 2012). La centralidad que asume la familia no quiere decir que el trabajador social se excluye de la misión central de la escuela en torno al aprendizaje y éxito académico de los estudiantes. Desde el School Social Work el éxito académico no se concibe solo como el aprendizaje de los contenidos curriculares mínimos exigidos, sino que la labor educativa de los trabajadores sociales y educadores estaría al alero del enfoque de ciudadanía reflexiva, a través del cual se ayuda a los niños a que gradualmente asuman responsabilidades con otras personas (Levine, 1957).
¿Qué significa este enfoque? – Que el niño y joven puedan entender el mundo en el que vive. – Que puedan apreciar sus capacidades intelectuales, emocionales, sociales y físicas. – Que puedan llegar a ser personas motivadas, compartiendo con otros su experiencia educacional.
- ¿Qué papel asumen los padres bajo esta mirada? Según Levine (1957) un rol estratégico como miembros del equipo de la escuela para lograr que asuman las responsabilidades.
- A la vez, un rol clave para ayudar a prevenir los problemas de los estudiantes.
- El rol clave que juegan en la prevención se fundamenta en dos razones: – Los padres pueden ser alertados de la necesidad y posibilidad de prevenir problemas.
– La efectividad de su rol está en contribuir a prevenir los problemas, ya que los padres responden mejor cuando no se sienten amenazados como parte del problema, debido que están directamente involucrados. Bajo una perspectiva ecológica, se comprende que la relación con la familia es una estrategia para lograr que el estudiante se adapte adecuadamente a la escuela y sea exitoso en términos de su proceso de aprendizaje.
Según Openshaw (2008), el trabajo social escolar tiene como propósito permitir que el estudiante funcione y aprenda en el contexto escolar, es decir, mejorar la vida de los estudiantes en términos de su éxito académico. El trabajador social de escuelas está orientado a ayudar a los estudiantes a su aprendizaje y a adaptarse satisfactoriamente a la escuela, coordinando e influenciando los esfuerzos de la escuela, la familia y la comunidad para ayudar a lograr la meta (Franklin et al., 2009).
El Council Americano para el School Social Work (2015) describe la acción de los profesionales como aquellos que basan su acción en un enfoque ecológico y que tienen como finalidad asegurar el éxito de los estudiantes. Los trabajadores sociales apoyan a los niños y sus familias, a través de la examinación de aquellos factores del hogar, escuela o comunidad que están impactando en el éxito educacional del estudiante y los apoyan en la reducción de aquellas barreras para el aprendizaje.
El Council establece un conjunto de posibles, aunque no únicas, barreras sobre las cuales actúan los trabajadores sociales, como embarazo, alcohol y otro consumo de drogas, suicidio, abuso infantil y negligencia, seguridad de la escuela, violencia, necesidades de familia básicas, factores económicos, dificultades conductuales, competencias sociales, divorcio, necesidades de educación especiales, entre otros.
Pese a que la relación familia-escuela debe ser trabajada como desafío de escuela, es preciso designar un rol de coordinador a cargo de la tarea de relación escuela y familia, para responsabilizarlo y hacer más duradera la colaboración entre los padres y la escuela.
- Los trabajadores sociales, en este sentido, por sus conocimientos, capacitación y habilidades pueden ser competentes para estas tareas, que incluirán la planificación e implementación de actividades y garantías de comunicación entre la escuela y la familia (Glasgow y Eaton, 1983).
- Sin embargo, el trabajo interdisciplinario entre profesores, trabajadores sociales y otros miembros profesionales es fundamental para lograr este cometido.
En este sentido, es necesario asumir que las siguientes tareas, si bien pueden ser lideradas por el trabajador social, deben ser concebidas como tarea de toda la comunidad escolar. Entre ellas están (Dupper, 2002): – Abogar por los estudiantes y familias en riesgo.
Empoderar a las familias para que compartan sus preocupaciones con los directivos de las escuelas. – Mantener una buena comunicación entre la casa y la escuela. – Ayudar a las familias a comprender las necesidades educativas de sus niños. – Trabajar con la comunidad entera para identificar y desarrollar recursos para atender mejor a estudiantes y familias con necesidades especiales.
¿Cuáles son las técnicas que pueden utilizarse para estas tareas? El School Social Work establece una amplia gama de técnicas para efectuarlas. Sin embargo, hay una de ellas que presenta un potencial particular para incentivar la participación de los padres en la educación de sus hijos en escuelas que presentan un contexto socialmente vulnerable.4.
VISITA DOMICILIARIA COMO UNA TÉCNICA CON POTENCIAL PARA PROMOVER LA PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES EN LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS Si bien la visita domiciliaria es una de las técnicas históricamente más utilizadas por el Trabajo Social 4, no ha sido estudiada al interior de la disciplina con la misma intensidad ni en Chile y Latinoamérica.
En el país, se han realizado varios estudios sobre visita domiciliaria que no pertenecen precisamente al campo del trabajo social, sino que al de la salud y/o la psicología. Marcela Aracena y su equipo de investigación concluyeron el año 2011, mediante una investigación experimental al alero de un Proyecto de estudio financiado por Fondecyt, que las visitas domiciliarias como estrategias de intervención tienen impacto en el mejoramiento del bienestar biopsicosocial de las madres y sus hijos en un contexto de deprivación (Aracena et al., 2011).
Otras investigaciones nacionales e internacionales en el campo de la salud han encontrado resultados positivos de las visitas domiciliarias en la salud de recién nacidos, niños y familias en riesgo social (Academia Americana de Pediatría, 1998; Avellar y Supplee, 2013; Baqui et al., 2008; Cruz y Marthe, 2010; Gogiaa y Sachdev, 2010; Kitzman et al., 1997), embarazadas (Issel et al., 2014), adultos mayores (Brugerolles, Dois y Mena, 2008; Medina et al., 1998) y en el apoyo a los enfermos terminales (Ascencio-Huertas, Rangel y Allende, 2013; Astudillo, Mendinueta y Granja, 2008).
Desde el ámbito de la salud, existen diversos modelos de visita domiciliaria (Ministerio de Salud, 2008) que también pueden ser aplicables el ámbito educacional. Entre estos modelos están los: – Basados en el acceso a los servicios: que buscan disminuir los estresores al interior de la familia y apoyar el desarrollo saludable del niño niña, a través de la vinculación con los recursos y servicios comunitarios requeridos para satisfacer sus necesidades.
- Basados en la entrega de apoyo y educación: que persiguen aumentar los conocimientos y habilidades parentales en tema de cuidado y desarrollo infantil.
- Basados en el comportamiento: que buscan mejorar la relación de los padres con sus hijos a través de la observación y respuesta a los comportamientos del niño.
– Basados en la relación: donde el profesional acompaña al individuo y/o familia en una situación de vida particular, estableciendo una relación de confianza entre el profesional que realiza la visita y la familia. Requiere en muchos casos el profesional alguna preparación psicoterapéutica.
- ¿En qué consiste la visita domiciliaria? En primer lugar, hay que señalar que ha sido utilizada por varias disciplinas y por tanto no es atribución solo de los profesionales del School Social Work.
- Consiste en la entrega de un servicio de ayuda, información o guía a un individuo desde el embarazo hasta la adultez mayor y/o a una familia, que puede ir desde la prevención hasta la intervención y evaluación.
Por eso es que la visita domiciliaria se considera parte de una estrategia y no un objetivo en sí misma, ya que por un lado, el tipo de servicio, información o guía entregada en la visita dependerá del objetivo, y por otro lado, la visita domiciliaria podrá contribuir, en conjunto con otras técnicas, a implementar la estrategia para alcanzar el objetivo de la participación de los padres en la educación de sus hijos que en este artículo se discute.
La visita domiciliaria se aplica en el propio hogar, a través de encuentros habituales. Esto es relevante ya que a través de visitas únicas o aisladas no es posible generar una estrategia efectiva para lograr el objetivo de participación de los padres en la educación de sus hijos. Para esto se requiere un programa de visitas domiciliarias (Aracena et al., 2011; Avellar y Supplee, 2013; Wasik y Bryant, 2001) enfocado a grupos de ciertas características, como la población en condiciones de pobreza.
Aracena et al. (2011) consideran a la visita domiciliaria como una estrategia óptima para población en situación de pobreza por la dificultad que tienen estos de acceder o mantener comunicación con los sistemas formales, como el educativo. La ayuda que el agente intenta brindar a la familia a través de la visita domiciliaria puede estar enfocada en necesidades sociales, emocionales, cognitivas, de salud y/o educativas.
- En consecuencia, no solo las enfermeras son los proveedores de estos servicios, sino que también pueden ser los profesores y trabajadores sociales (Wasik y Bryant, 2001).
- La visita domiciliaria es una técnica de intervención basada en las ventajas de proveer servicios a las familias en su ambiente natural (Allen y Tracy, 2004).
La visión sobre el ambiente de los niños puede ser crucial para entender sus necesidades familiares e individualizar un servicio que se responda a dichas necesidades. Además, realizarlas en el hogar contribuye a balancear la relación asimétrica de poder entre el profesional y la familia, ayudando a construir relaciones de confianza (Allen y Tracy, 2004).
- Estas son cualidades relevantes de la técnica de visita domiciliaria que pueden generar un potencial de impacto positivo en la relación de la escuela con la familia y el involucramiento de los padres en la educación de sus hijos.
- Las visitas domiciliarias tienen ciertos principios que respetar en la entrega de servicios.
Además, el visitador debe ser competente para que la visita sea efectiva. Por tanto, debe tener ciertas características, capacitación (conocimientos técnicos y habilidades) y contar con supervisión (Wasik y Bryant, 2001). Del mismo modo, las visitas domiciliarias tienen etapas y tienen que considerar aspectos prácticos como la planificación, tiempo, materiales, documentación, seguridad y confidencialidad (Wasik y Bryant, 2001).
- Como se mencionó, las investigaciones en los efectos de las visitas domiciliarias se han centrado en la salud de recién nacidos, niños y madres.
- Según Wasik y Bryant (2001) también se han realizado en familias de bajos ingresos, en niños abusados y rechazados y en personas en situación de calle.
- Sin embargo, no se ha realizado estudios empíricos sobre los efectos de las visitas domiciliarias en el ámbito educativo.
A pesar de su escaso estudio en el ámbito educativo, la visita domiciliaria puede considerarse como una estrategia que puede facilitar la participación de los padres en la educación de sus hijos y ayudar a entender mejor el contexto extraescolar y sus influencias en el aprendizaje, cuestiones claves para las escuelas básicas (Allen y Tracy, 2004).
Las visitas pueden ayudar a resolver las barreras de la participación de los padres en la educación de sus hijos, como lo son la falta de tiempo para ir a reuniones o para leer materiales enviados a la casa, no sentirse valorado ni bienvenido en la escuela, no comprender el sistema escolar ni su lenguaje, y la accesibilidad (Allen y Tracy, 2004).
Las visitas domiciliarias (Openshaw, 2008) pueden realizarse por otras razones: – Evaluar razones de malos comportamientos o ausencias. – Discutir con los padres las dificultades de los niños, cuando no ha sido posible contactarlos por otros medios. – Incentivar la participación de los padres en actividades que el colegio pretender impulsar.
– Educar a los padres sobre cómo actuar con sus hijos en casos de hiperactividad, déficit atencional, autismo u otras necesidades educativas especiales. La función que el trabajador social tiene en una escuela, como puente entre la escuela, la familia y la comunidad, lo deja en una posición única para llevar a cabo visitas domiciliarias que favorezcan los objetivos de la escuela en torno al aprendizaje de los niños (Allen y Tracy, 2004) como parte de su labor.
Los beneficios y razones por las cuales pueden realizarse visitas en el contexto escolar dejan de manifiesto la potencialidad que tiene esta técnica para promover la participación de los padres en la educación de sus hijos. Sin embargo, surgen algunas interrogantes tales como, considerando que en la actualidad los trabajadores sociales que están desempeñándose en escuelas efectúan usualmente visitas domiciliarias: ¿es necesario efectuar cambios profundos en el modo en el cual actualmente son implementadas y en sus propósitos? Considerando el análisis realizado en contexto escolar ¿crece el potencial de la visita si son efectuadas por un equipo interdisciplinario? ¿Crece su potencial si son combinadas con otras técnicas y actividades? 5.
CONCLUSIONES En este artículo se ha reflexionado acerca de la necesidad de pensar en nuevas estrategias para fomentar la participación de los padres en la educación de sus hijos. En este ámbito, se planteó la necesidad de mirar los aportes de otras disciplinas bajo el entendido que desde la propia escuela las prácticas de vinculación familia-escuela parecen estar actualmente agotadas.
Con este propósito, se analizaron los aportes del School Social Work como especialidad del Trabajo Social que tiene por objetivo ayudar al aprendizaje del estudiante desde un enfoque amplio que considera a las familias como un actor estratégico. Dentro de las posibles nuevas estrategias, se destaca el aporte que tiene la técnica de visita domiciliaria para incentivar la participación de los padres en la educación de sus hijos y la vinculación con la escuela.
Como líneas futuras, se plantea la necesidad de efectuar estudios empíricos nacionales que estudien la efectividad de la visita domiciliaria en contexto escolar, y con ello se justifique la necesidad de realizar un trabajo conjunto para mejorar las prácticas de alianza familia-escuela a través de la promoción de esta técnica y de otras.
NOTAS 1 No existe una traducción exacta del término al español. No obstante, puede referirse a él como Trabajo Social Escolar o Trabajo Social en Escuelas. En este artículo se opta por mantener el término en su idioma original.2 En efecto, el sistema legal chileno, a través de la Ley General de Educación (n° 20.370), reconoce distintos sistemas de enseñanza que contribuyen a la educación: el formal, no formal e informal.
- Dentro del primero, están las escuelas.
- El segundo incluye a todo proceso formativo realizado a través de un programa sistemático.
- El informal está compuesto por las familias, los medios de comunicación y la experiencia laboral (MINEDUC, 2009).3 Franklin et al.
- 2009) señalan que los trabajadores sociales escolares llevan alrededor de 100 años desempeñando su rol en las escuelas estadounidenses.
Basados en las estadísticas de la Asociación Americana de School Social Work, estiman que en la actualidad habrían entre 20.000 y 22.000 trabajadores sociales desempeñándose en las escuelas de Estados Unidos, aunque se sospecha que la cifra estaría sub representada.4 De hecho, antiguamente las trabajadoras sociales eran conocidas como las visitadoras sociales (Aylwin y Solar, 2002).
En la actualidad, la visita domiciliaria es una de las técnicas utilizadas dentro de una gama mucho más amplia. Los trabajadores sociales que se desempeñan actualmente en escuelas en Chile, realizan con frecuencia visitas domiciliarias. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Alcalay, L., Milicic, N., & Torretti, A.
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